Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces el pueblo discutió con Moisés, y le dijeron: "Danos agua para beber." "¿Por qué discuten conmigo?" les dijo Moisés. "¿Por qué tientan al SEÑOR?" (Éxodo 17:2)
Pero el pueblo tuvo sed allí, y murmuró el pueblo contra Moisés, y dijo: "¿Por qué nos has hecho subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?" (Éxodo 17:3)
Y clamó Moisés al SEÑOR y dijo: "¿Qué haré con este pueblo? Un poco más y me apedrearán." (Éxodo 17:4)
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Pasa delante del pueblo y toma contigo a algunos de los ancianos de Israel, y toma en tu mano la vara con la cual golpeaste el Nilo, y ve.
Yo estaré allí delante de ti sobre la peña en Horeb. Golpearás la peña, y saldrá agua de ella para que beba el pueblo." Y así lo hizo Moisés en presencia de los ancianos de Israel. (Éxodo 17:6)
Y puso a aquel lugar el nombre de Masah (Prueba) y Meriba (Contienda), por la contienda de los Israelitas, y porque tentaron al SEÑOR, diciendo: "¿Está el SEÑOR entre nosotros o no?" (Éxodo 17:7)
Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. (Éxodo 17:8)

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Éxodo 17:5 - Referencia Cruzada

El SEÑOR dijo también a Moisés: "Dile a Aarón: 'Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos, sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de agua, para que se conviertan en sangre. Habrá sangre por toda la tierra de Egipto, tanto en las vasijas de madera como en las de piedra.'" (Éxodo 7:19)
Toma la vara y reúne a la congregación, tú y tu hermano Aarón, y hablen a la peña a la vista de ellos, para que la peña dé su agua. Así sacarás para ellos agua de la peña, y beban la congregación y sus animales." (Números 20:8)
Y tú, hijo de hombre, no temas; no les temas a ellos ni a sus palabras aunque haya contigo cardos y espinas y te sientes en escorpiones. No temas sus palabras ni te atemorices ante ellos, porque son una casa rebelde. (Ezequiel 2:6)
salvo que el Espíritu Santo solemnemente me da testimonio en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones. (Hechos 20:23)