Nueva Biblia Latinoamericana
No hay quien la guíe entre todos los hijos que dio a luz, Ni hay quien la tome de la mano entre todos los hijos que crió. (Isaías 51:18)
Estas dos cosas te han acontecido, ¿Quién te confortará?; Desolación y destrucción, hambre y espada, ¿Quién te consolará? (Isaías 51:19)
Tus hijos han desfallecido, Yacen en las esquinas de todas las calles Como antílope en la red, Llenos del furor del SEÑOR, De la reprensión de tu Dios. (Isaías 51:20)
Por tanto, oye ahora esto, afligida, Que estás ebria, pero no de vino:
Así dice tu Señor, el SEÑOR tu Dios, Que lucha por Su pueblo: "He quitado de tu mano la copa del vértigo, El cáliz de Mi furor, Nunca más lo beberás. (Isaías 51:22)
Lo pondré en las manos de los que te atormentan, Que te han dicho: 'Póstrate para que pasemos.' Y tú pusiste tu espalda como suelo, Como calle para los que pasaban." (Isaías 51:23)
Despierta, despierta, Vístete de tu poder, oh Sion. Vístete de tus ropajes hermosos, Oh Jerusalén, ciudad santa. Porque el incircunciso y el inmundo No volverán a entrar en ti. (Isaías 52:1)

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Isaías 51:21 - Referencia Cruzada

Deténganse y esperen, Ciéguense y quédense ciegos. Ustedes se embriagan, pero no con vino; Se tambalean, pero no con licor. (Isaías 29:9)
Oh afligida, azotada por la tempestad, sin consuelo, Yo asentaré tus piedras en antimonio, Y tus cimientos en zafiros. (Isaías 54:11)
¡Despierta, despierta! Levántate, Jerusalén, Tú, que has bebido de la mano del SEÑOR la copa de Su furor, Que has bebido el cáliz del vértigo hasta vaciarlo. (Isaías 51:17)