¿Qué, hijo mío? ¿Y qué, hijo de mis entrañas? ¿Y qué, hijo de mis votos?
(Proverbios 31:2)No des tu vigor a las mujeres, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
(Proverbios 31:3)No es para los reyes, oh Lemuel, No es para los reyes beber vino, Ni para los gobernantes desear bebida fuerte;
(Proverbios 31:4)No sea que beban y olviden lo que se ha decretado, Y perviertan los derechos de todos los afligidos.
Denle bebida fuerte al que está pereciendo, Y vino a los amargados de alma.
(Proverbios 31:6)Que beba y se olvide de su pobreza, Y no recuerde más su aflicción.
(Proverbios 31:7)Abre tu boca por los mudos, Por los derechos de todos los desdichados.
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Proverbios 31:5 - Referencia Cruzada
Además, el vino traiciona al hombre arrogante, De modo que no se queda en casa. Porque ensancha su garganta como el Seol (región de los muertos), Y es como la muerte, que nunca se sacia; Reúne para sí todas las naciones, Y recoge para sí todos los pueblos.
(Habacuc 2:5)