El que ama la pureza de corazón Tiene gracia en sus labios, y el rey es su amigo.
(Proverbios 22:11)
Los ojos del SEÑOR guardan el conocimiento, Pero El confunde las palabras del engañador.
(Proverbios 22:12)
El perezoso dice: "Hay un león afuera; Seré muerto en las calles."
(Proverbios 22:13)
Fosa profunda es la boca de las mujeres extrañas; El que es maldito del SEÑOR caerá en ella.
La necedad está ligada al corazón del niño, Pero la vara de la disciplina lo alejará de ella.
(Proverbios 22:15)
El que oprime al pobre para engrandecerse, O da al rico, sólo llegará a la pobreza.
(Proverbios 22:16)
Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios, Y aplica tu corazón a mi conocimiento;
(Proverbios 22:17)
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Proverbios 22:14 - Referencia Cruzada
Y el SEÑOR vio esto, y se llenó de ira A causa de la provocación de Sus hijos y de Sus hijas.
(Deuteronomio 32:19)
¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Sin embargo, entre tantas naciones no hubo rey como él, y era amado por su Dios, y Dios le había hecho rey sobre todo Israel; pero aún a él le hicieron pecar las mujeres extranjeras.
(Nehemías 13:26)
Porque fosa profunda es la ramera Y pozo angosto es la mujer desconocida.
(Proverbios 23:27)
Y hallé más amarga que la muerte A la mujer cuyo corazón es lazos y redes, Cuyas manos son cadenas. El que agrada a Dios escapará de ella, Pero el pecador será por ella apresado.
(Eclesiastés 7:26)
Para que te guarden de la mujer extraña, De la desconocida que lisonjea con sus palabras.
(Proverbios 7:5)
Ella entonces dijo: "¡Sansón, los Filisteos se te echan encima!" Y él despertó de su sueño, y dijo: "Saldré como las otras veces y escaparé." Pero no sabía que el SEÑOR se había apartado de él.
(Jueces 16:20)
Porque los labios de la extraña destilan miel, Y su lengua es más suave que el aceite;
(Proverbios 5:3)
La discreción te librará de la mujer extraña, De la desconocida que lisonjea con sus palabras,
(Proverbios 2:16)
Para librarte de la mujer mala, De la lengua suave de la desconocida.
(Proverbios 6:24)
Por eso los entregué a la dureza de su corazón, Para que anduvieran en sus propias intrigas.
(Salmos 81:12)