El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor, Pero el que se apiada del necesitado Lo honra.
(Proverbios 14:31)El impío es derribado por su maldad, Pero el justo tiene un refugio cuando muere.
(Proverbios 14:32)En el corazón del prudente reposa la sabiduría, Pero en medio de los necios no se da a conocer.
(Proverbios 14:33)La justicia engrandece a la nación, Pero el pecado es afrenta para los pueblos.
El favor del rey es para el siervo que obra sabiamente, Pero su enojo es contra el que obra vergonzosamente.
(Proverbios 14:35)La suave respuesta aparta el furor, Pero la palabra hiriente hace subir la ira.
(Proverbios 15:1)La lengua del sabio hace grato el conocimiento, Pero la boca de los necios habla necedades.
(Proverbios 15:2)Otras publicaciones relacionadas con "Proverbios 14:34":
Proverbios 14:34 - Referencia Cruzada
no sea que haya entre ustedes hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aleje hoy del SEÑOR nuestro Dios para ir y servir a los dioses de aquellas naciones; no sea que haya entre ustedes una raíz que produzca fruto venenoso y ajenjo.
(Deuteronomio 29:18)Después que Josué despidió al pueblo, los Israelitas fueron cada uno a su heredad para tomar posesión de la tierra.
(Jueces 2:6)La tierra fértil en salinas, Por la maldad de los que moran en ella.
(Salmos 107:34)Así que guárdenlos y pónganlos por obra, porque ésta será su sabiduría y su inteligencia ante los ojos de los pueblos que al escuchar todos estos estatutos, dirán: 'Ciertamente esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.'
(Deuteronomio 4:6)Ve y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: 'Así dice el SEÑOR: "De ti recuerdo el cariño de tu juventud, Tu amor de novia, De cuando Me seguías en el desierto, Por tierra no sembrada.
(Jeremías 2:2)Cuando Efraín hablaba, reinaba el temor; Se había exaltado a sí mismo en Israel, Pero por causa de Baal pecó y murió.
(Oseas 13:1)Y sucederá que si obedeces diligentemente al SEÑOR tu Dios, cuidando de cumplir todos Sus mandamientos que yo te mando hoy, el SEÑOR tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra.
(Deuteronomio 28:1)