Hijo mío, presta atención a mi sabiduría, Inclina tu oído a mi prudencia,
(Proverbios 5:1)
Para que guardes la discreción Y tus labios conserven el conocimiento.
(Proverbios 5:2)
Porque los labios de la extraña destilan miel, Y su lengua es más suave que el aceite;
(Proverbios 5:3)
Pero al final es amarga como el ajenjo, Aguda como espada de dos filos.
Sus pies descienden a la muerte, Sus pasos sólo logran el Seol.
(Proverbios 5:5)
No considera la senda de la vida; Sus senderos son inestables, y no lo sabe.
(Proverbios 5:6)
Ahora pues, hijos míos, escúchenme, Y no se aparten de las palabras de mi boca.
(Proverbios 5:7)
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Proverbios 5:4 - Referencia Cruzada
Porque fosa profunda es la ramera Y pozo angosto es la mujer desconocida.
(Proverbios 23:27)
Así que ella le dijo: "¿Cómo puedes decir: 'Te quiero,' cuando tu corazón no está conmigo? Me has engañado estas tres veces y no me has declarado dónde reside tu gran fuerza."
(Jueces 16:15)
Cuídense de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados.
(Hebreos 12:15)
Para librarte de la mujer mala, De la lengua suave de la desconocida.
(Proverbios 6:24)
Las palabras de su boca eran más blandas que la mantequilla, Pero en su corazón había guerra; Más suaves que el aceite eran sus palabras, Sin embargo, eran espadas desnudas.
(Salmos 55:21)
Y hallé más amarga que la muerte A la mujer cuyo corazón es lazos y redes, Cuyas manos son cadenas. El que agrada a Dios escapará de ella, Pero el pecador será por ella apresado.
(Eclesiastés 7:26)
Después de esto, Sansón se enamoró de una mujer del Valle de Sorec, que se llamaba Dalila.
(Jueces 16:4)
Mi alma está entre leones; Tengo que acostarme entre los que vomitan fuego; Entre los hijos de los hombres, cuyos dientes son lanzas y saetas, Y cuya lengua es espada afilada.
(Salmos 57:4)
Al instante la sigue Como va el buey al matadero, O como uno en grillos al castigo de un necio,
(Proverbios 7:22)
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir (juzgar) los pensamientos y las intenciones del corazón.
(Hebreos 4:12)
Pero él no sabe que allí están los muertos, Que sus invitados están en las profundidades del Seol.
(Proverbios 9:18)