Nueva Biblia Latinoamericana
Oración de Moisés, hombre de Dios. Señor, Tú has sido un refugio para nosotros De generación en generación. (Salmos 90:1)
Antes que los montes fueran engendrados, Y nacieran la tierra y el mundo, Desde la eternidad y hasta la eternidad, Tú eres Dios. (Salmos 90:2)
Haces que el hombre vuelva a ser polvo, Y dices: "Vuelvan, hijos de los hombres." (Salmos 90:3)
Porque mil años ante Tus ojos Son como el día de ayer que ya pasó, Y como una vigilia de la noche.
Tú los has barrido como un torrente, son como un sueño; Son como la hierba que por la mañana reverdece; (Salmos 90:5)
Por la mañana florece y reverdece; Al atardecer se marchita y se seca. (Salmos 90:6)
Porque hemos sido consumidos con Tu ira, Y por Tu furor hemos sido conturbados. (Salmos 90:7)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 90:4":

Charles Spurgeon
Un refugio en el tiempo de tormenta
Un artículo sobre cómo Jesús es nuestro refugio en tiempos de tormenta y aflicción, y cómo Él nos protege si nos escondemos en Él.


Isaías Rivera
¿De dónde viene mi socorro?
Reflexión sobre la confianza en Dios en momentos difíciles a través del pasaje de Isaías 40:25-31. author: Isaías Rivera, title: ¿De dónde viene mi socorro?, summary: El pasaje de Isaías 40:25-31 habla sobre la duda y la pregunta de dónde está Dios cuando las cosas no van bien en nuestras vidas. Isaías les recuerda al pueblo judío que Dios es el Dios eterno y que su poder es insondable. Debemos confiar en el Señor y esperar en Él, ya que si creemos en Él, Él renovará nuestras fuerzas y nos permitirá volar como las águilas. No estamos solos, el Dios eterno está con nosotros.


Salmos 90:4 - Referencia Cruzada

Tú has hecho mis días muy breves, Y mi existencia es como nada delante de Ti; Ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. (Selah) (Salmos 39:5)
Pero, amados, no ignoren esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. (2 Pedro 3:8)
Gedeón llegó con los 100 hombres que estaban con él a las afueras del campamento, al principio de la guardia de medianoche, cuando apenas habían apostado la guardia. Entonces tocaron las trompetas y rompieron los cántaros que tenían en las manos. (Jueces 7:19)
Y ya sea que venga en la segunda vigilia (9 p.m. a medianoche), o aun en la tercera (medianoche a 3 a.m.), y los halla así, dichosos son aquellos siervos. (Lucas 12:38)
Pero entiendan esto: si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora de la noche iba a venir el ladrón, hubiera estado alerta y no hubiera permitido que entrara en su casa. (Mateo 24:43)
A la cuarta vigilia de la noche (3 a 6 a.m.), Jesús vino a ellos andando sobre el mar. (Mateo 14:25)