Nueva Biblia Latinoamericana
Los montes fueron cubiertos con su sombra, Y los cedros de Dios con sus ramas. (Salmos 80:10)
Extendía sus ramas hasta el mar Y sus renuevos hasta el río. (Salmos 80:11)
¿Por qué has derribado sus vallados, De modo que la vendimian todos los que pasan de camino? (Salmos 80:12)
El puerco montés la devora, Y de ella se alimenta todo lo que se mueve en el campo.
Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora, Te rogamos; Mira y ve desde el cielo, y cuida esta vid, (Salmos 80:14)
La cepa que Tu diestra ha plantado Y el hijo que para Ti has fortalecido. (Salmos 80:15)
Está quemada con fuego, y cortada; Ante el reproche de Tu rostro perecen. (Salmos 80:16)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 80:13":

Olga Martinez
Cuando desciende el rocío, el maná desciende con él
Este artículo habla sobre varios temas relacionados con la fe cristiana, incluyendo el libro de Oseas y sus símbolos, la importancia de ser un lirio entre los problemas de la vida, tener raíces firmes en Cristo, cuidarse de las telarañas emocionales y de la imaginación, estar plantados en la casa de Dios, y pedirle a Dios que envíe su rocío refrescante sobre nuestras vidas y nuestras familias.


Fabiana Manzewitsch
La obra extraña del Señor
En este artículo se habla sobre la obra extraña de Dios y cómo Él puede llevarnos a situaciones incómodas para obrar en nosotros. Se destacan dos pasajes bíblicos donde se enfatiza la importancia de la adoración y la sensibilidad a los vientos del Espíritu. El predicador anima a la congregación a buscar la presencia de Dios y estar atentos a Sus nuevas estrategias.


Salmos 80:13 - Referencia Cruzada

Ha salido el león de la espesura, Y el destructor de naciones se ha puesto en marcha; Ha salido de su lugar Para convertir tu tierra en desolación. Tus ciudades quedarán en ruinas, sin habitantes. (Jeremías 4:7)
Por tanto los herirá el león de la selva, El lobo de los desiertos los destruirá; Un leopardo acecha sus ciudades, Y todo el que salga de ellas será despedazado, Porque son muchas sus transgresiones, Y numerosas sus apostasías. (Jeremías 5:6)
Después de estos actos de fidelidad, Senaquerib, rey de Asiria, vino e invadió a Judá y sitió las ciudades fortificadas, y mandó conquistarlas para sí. (2 Crónicas 32:1)
Entonces el pueblo de la tierra tomó a Joacaz, hijo de Josías, y lo proclamó rey en Jerusalén en lugar de su padre. (2 Crónicas 36:1)
En los días de Joacim subió Nabucodonosor, rey de Babilonia, y Joacim fue su siervo por tres años; después se levantó y se rebeló contra él. (2 Reyes 24:1)
Y aconteció que Jerusalén al fin fue tomada. En el año noveno de Sedequías, rey de Judá, en el décimo mes. Cuando vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. (Jeremías 39:1)
En el mes quinto, a los diez días del mes, siendo el año diecinueve del rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén Nabuzaradán, capitán de la guardia, que estaba al servicio del rey de Babilonia. (Jeremías 52:12)
se abrió una brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre los dos muros que había junto al jardín del rey, a pesar de que los Caldeos estaban alrededor de la ciudad, y se fueron por el camino del Arabá (del Valle del Jordán). (Jeremías 52:7)
En el año tercero de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías, hijo de Acaz, rey de Judá. (2 Reyes 18:1)
Me ha devorado y aplastado Nabucodonosor, rey de Babilonia, Me ha dejado como vaso vacío, Me ha tragado como un monstruo, Ha llenado su estómago de mis delicias, Me ha expulsado. (Jeremías 51:34)