Nueva Biblia Latinoamericana
Ciertamente en vano he guardado puro mi corazón Y lavado mis manos en inocencia, (Salmos 73:13)
Pues he sido azotado todo el día Y castigado cada mañana. (Salmos 73:14)
Si yo hubiera dicho: "Así hablaré," Habría traicionado a la generación de Tus hijos. (Salmos 73:15)
Cuando pensaba, tratando de entender esto, Fue difícil para mí,
Hasta que entré en el santuario de Dios; Entonces comprendí el fin de ellos. (Salmos 73:17)
Ciertamente Tú los pones en lugares resbaladizos; Los arrojas a la destrucción. (Salmos 73:18)
¡Cómo son destruidos en un momento! Son totalmente consumidos por terrores repentinos. (Salmos 73:19)

Otras publicaciones relacionadas con "Salmos 73:16":

Brandt Gillespie
David grita
El Salmo 51 es un relato sobre el arrepentimiento de David y el perdón divino.


Samuel Acevedo
Dios mío, por qué me has desamparado?
El pastor habla sobre cómo sentir la presencia de Dios y confiar en su guía y protección, incluso en momentos de sentirse perdido y abandonado.


Salmos 73:16 - Referencia Cruzada

Pues será entregado a los Gentiles, y será objeto de burla, afrentado y escupido; (Lucas 18:32)
Por eso decían: "¿Qué es esto que dice: 'Un poco'? No sabemos de qué habla." (Juan 16:18)
¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son Sus juicios e inescrutables Sus caminos! (Romanos 11:33)
Ciertamente soy el más torpe de los hombres, Y no tengo inteligencia humana. (Proverbios 30:2)
Nubes y densas tinieblas Lo rodean, Justicia y derecho son el fundamento de Su trono. (Salmos 97:2)
Sí, como una sombra anda el hombre; Ciertamente en vano se afana; Acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá. (Salmos 39:6)
En el mar estaba Tu camino, Y Tus sendas en las aguas inmensas, Y no se conocieron Tus huellas. (Salmos 77:19)
Tu justicia es como los montes de Dios; Tus juicios son como profundo abismo. Tú preservas, oh SEÑOR, al hombre y al animal. (Salmos 36:6)
y vi toda la obra de Dios, decidí que el hombre no puede descubrir la obra que se ha hecho bajo el sol. Aunque el hombre busque con afán, no la descubrirá; y aunque el sabio diga que la conoce, no puede descubrirla . (Eclesiastés 8:17)