Así, pues, José estableció allí a su padre y a sus hermanos, y les dio posesión en la tierra de Egipto, en lo mejor de la tierra, en la tierra de Ramsés, como Faraón había mandado.
(Génesis 47:11)José proveyó de alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda la casa de su padre, según el número de sus hijos.
(Génesis 47:12)No había alimento en toda la tierra, de modo que el hambre era muy severa, y la tierra de Egipto y la tierra de Canaán desfallecían a causa del hambre.
(Génesis 47:13)Y José recogió todo el dinero que había en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán a cambio del grano que le compraban, y José trajo el dinero a la casa de Faraón.
Cuando se acabó el dinero en la tierra de Egipto y en la tierra de Canaán, todos los Egipcios vinieron a José, diciendo: "Denos alimento, pues ¿por qué hemos de morir delante de usted? ya que nuestro dinero se ha acabado."
(Génesis 47:15)Entonces José dijo: "Entreguen sus ganados y yo les daré alimento por sus ganados, puesto que su dinero se ha acabado."
(Génesis 47:16)Trajeron, pues, sus ganados a José, y José les dio pan a cambio de los caballos, las ovejas, las vacas y los asnos; aquel año les proveyó de alimento a cambio de todos sus ganados.
(Génesis 47:17)Otras publicaciones relacionadas con "Génesis 47:14":
Génesis 47:14 - Referencia Cruzada
El hambre también se extendió sobre toda la superficie de la tierra. Entonces José abrió todos los graneros y vendió a los Egipcios, pues el hambre era severa en la tierra de Egipto.
(Génesis 41:56)El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho.
(Lucas 16:10)Ahora bien, lo que se requiere además de los administradores es que cada uno sea hallado fiel.
(1 Corintios 4:2)Decía también Jesús a los discípulos: "Había cierto hombre rico que tenía un mayordomo; y éste fue acusado ante él de derrochar sus bienes.
(Lucas 16:1)Según cada uno ha recibido un don especial , úselo sirviéndose los unos a los otros como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
(1 Pedro 4:10)