Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces su mujer le dijo: "¿Aún conservas tu integridad? Maldice a Dios y muérete." (Job 2:9)
Pero él le dijo: "Hablas como habla cualquier mujer necia. ¿Aceptaremos el bien de Dios pero no aceptaremos el mal?" En todo esto Job no pecó con sus labios. (Job 2:10)
Cuando tres amigos de Job, Elifaz, el Temanita, Bildad, el Suhita y Zofar, el Naamatita, oyeron de todo este mal que había venido sobre él, vinieron cada uno de su lugar, pues se habían puesto de acuerdo para ir juntos a condolerse de él y a consolarlo. (Job 2:11)
Y cuando alzaron los ojos desde lejos y no lo reconocieron, levantaron sus voces y lloraron. Cada uno de ellos rasgó su manto y esparcieron polvo hacia el cielo sobre sus cabezas.
Entonces se sentaron en el suelo con él por siete días y siete noches sin que nadie le dijera una palabra, porque veían que su dolor era muy grande. (Job 2:13)
Después de esto, Job abrió su boca y maldijo el día de su nacimiento. (Job 3:1)
Y dijo Job: (Job 3:2)

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Job 2:12 - Referencia Cruzada

Entonces David y la gente que estaba con él alzaron su voz y lloraron, hasta que no les quedaron fuerzas para llorar. (1 Samuel 30:4)
Y echaron polvo sobre sus cabezas, y llorando y lamentándose, gritaban: '¡Ay, ay, la gran ciudad en la cual todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron a costa de sus riquezas!, porque en una hora ha sido asolada.' (Apocalipsis 18:19)
Caminaron, pues, las dos hasta que llegaron a Belén. Cuando llegaron a Belén (Casa del Pan), toda la ciudad se conmovió a causa de ellas, y las mujeres decían: "¿No es ésta Noemí?" (Rut 1:19)
Mis parientes me fallaron Y mis íntimos amigos me han olvidado. (Job 19:14)
Harán oír su voz por ti Y gritarán amargamente. Echarán polvo sobre sus cabezas, Se revolcarán en ceniza. (Ezequiel 27:30)
Cuando Mardoqueo supo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza, y salió por la ciudad, lamentándose con grande y amargo clamor. (Ester 4:1)
Apenas había acabado de hablar, los hijos del rey llegaron, alzaron su voz y lloraron. También el rey y todos sus siervos lloraron muy amargamente. (2 Samuel 13:36)
Entonces Josué rasgó sus vestidos y postró su rostro en tierra delante del arca del SEÑOR hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. (Josué 7:6)
Cuando el ángel del SEÑOR habló estas palabras a todos los Israelitas, el pueblo alzó su voz y lloró. (Jueces 2:4)
Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: "¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío!" (Génesis 27:34)
Entonces Job se levantó, rasgó su manto, se rasuró la cabeza, y postrándose en tierra, adoró, (Job 1:20)
Están sentados en tierra, en silencio, Los ancianos de la hija de Sion. Han echado polvo sobre sus cabezas, Se han ceñido de cilicio. Han inclinado a tierra sus cabezas Las vírgenes de Jerusalén. (Lamentaciones 2:10)
Entonces los mensajeros fueron a Guibeá de Saúl y hablaron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo alzó la voz y lloró. (1 Samuel 11:4)
El día veinticuatro de ese mes se congregaron los Israelitas en ayuno, vestidos de cilicio y con polvo sobre sí. (Nehemías 9:1)
Sus consagrados eran más puros que la nieve, Más blancos que la leche, Más rojizos de cuerpo que los corales, Como el zafiro era su apariencia. (Lamentaciones 4:7)