Por eso estos días son llamados Purim (Suertes), por el nombre Pur. Y a causa de las instrucciones en esta carta, tanto por lo que habían visto sobre este asunto y por lo que les había acontecido,
(Ester 9:26)los Judíos establecieron e hicieron una costumbre para ellos, para sus descendientes y para todos los que se aliaban con ellos, que no dejarían de celebrar estos dos días conforme a su ordenanza y conforme a su tiempo señalado cada año.
(Ester 9:27)Para que estos días fueran recordados y celebrados por todas las generaciones, por cada familia, cada provincia y cada ciudad; y que estos días de Purim no dejaran de celebrarse entre los Judíos, ni su memoria se extinguiera entre sus descendientes.
(Ester 9:28)Entonces la reina Ester, hija de Abihail, y el Judío Mardoqueo escribieron con toda autoridad para confirmar esta segunda carta acerca de Purim.
Y se enviaron cartas a todos los Judíos, a las 127 provincias del reino de Asuero, palabras de paz y de verdad,
(Ester 9:30)para establecer estos días de Purim en sus tiempos señalados, tal como habían establecido para ellos el Judío Mardoqueo y la reina Ester, según habían fijado para ellos y sus descendientes, con instrucciones para sus tiempos de ayuno y de lamentaciones.
(Ester 9:31)El mandato de Ester estableció estas costumbres acerca de Purim, y esto fue escrito en el libro.
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Ester 9:29 - Referencia Cruzada
Mardoqueo escribió en nombre del rey Asuero y sellaron las cartas con el anillo del rey, y se enviaron por medio de correos a caballo, que montaban en corceles engendrados por caballos reales.
(Ester 8:10)Entonces Mardoqueo escribió estos hechos, y envió cartas a todos los Judíos que se hallaban en todas las provincias del rey Asuero, tanto cercanas como lejanas,
(Ester 9:20)Salieron los correos apremiados por la orden del rey. El decreto fue promulgado (fue dado al pueblo) en la fortaleza de Susa, y mientras el rey y Amán se sentaron a beber, la ciudad de Susa estaba turbada.
(Ester 3:15)Cuando a Ester, hija de Abihail, tío de Mardoqueo, que la había tomado como hija, le tocó venir al rey, ella no pidió cosa alguna sino lo que le aconsejó Hegai, eunuco del rey, encargado de las mujeres. Y Ester hallaba favor ante los ojos de cuantos la veían.
(Ester 2:15)