y por la Puerta de Efraín, junto a la Puerta Vieja, junto a la Puerta del Pescado, y la Torre de Hananeel, y la Torre de los Cien hasta la Puerta de las Ovejas, y se detuvieron en la Puerta de la Guardia. (Nehemías 12:39)

Luego los dos coros tomaron su lugar en la casa de Dios. También yo, y la mitad de los oficiales conmigo, (Nehemías 12:40)

y los sacerdotes Eliacim, Maasías, Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías, con trompetas, (Nehemías 12:41)

Aquel día ofrecieron gran cantidad de sacrificios y se regocijaron porque Dios les había dado mucha alegría, también las mujeres y los niños se regocijaron. El regocijo de Jerusalén se oía desde lejos. (Nehemías 12:43)

Aquel día fueron designados hombres a cargo de las cámaras destinadas a almacenes de las contribuciones, de las primicias y de los diezmos, para que de los campos de las ciudades, recogieran en ellas las porciones dispuestas por la ley para los sacerdotes y Levitas. Pues Judá se regocijaba por los sacerdotes y Levitas que servían. (Nehemías 12:44)

Ellos ministraban en la adoración de su Dios y en el ministerio de la purificación, junto con los cantores y los porteros, conforme al mandato de David y de su hijo Salomón. (Nehemías 12:45)