Nueva Biblia Latinoamericana
sin contar lo que los mercaderes y los comerciantes traían. Todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón. (2 Crónicas 9:14)
El rey Salomón hizo 200 escudos grandes de oro batido, usando 600 siclos (6.84 kilos) de oro batido en cada escudo. (2 Crónicas 9:15)
También hizo 300 escudos de oro batido, usando 300 siclos de oro en cada escudo. El rey puso los escudos en la casa del bosque del Líbano. (2 Crónicas 9:16)
El rey hizo además un gran trono de marfil y lo revistió de oro puro.
Y había seis gradas hasta el trono y un estrado de oro unido al trono, con brazos a cada lado del asiento, y dos leones de pie junto a los brazos. (2 Crónicas 9:18)
Y doce leones estaban allí de pie en las seis gradas a uno y otro lado; nada semejante se hizo para ningún otro reino. (2 Crónicas 9:19)
Todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y todas las vasijas de la casa del bosque del Líbano eran de oro puro. A la plata no se le atribuía valor en los días de Salomón, (2 Crónicas 9:20)

Otras publicaciones relacionadas con "2 Crónicas 9:17":

Samuel Acevedo
El victorioso León de Judá
El pastor reflexiona sobre la escultura El Victorioso León de Judá y la evaluación divina que tendremos ante Jesús en el Día del Juicio Final. Anima a los oyentes a ser fieles y a descubrir el poder de la cruz para recibir la salvación.


Dr. Roberto Miranda
II Crónicas 29
La historia de Israel en los libros de Samuel, Reyes y Crónicas provee modelos de vida y enseñanzas espirituales. El rey Ezequías es un ejemplo de un hombre recto y con pasión por Dios que fue prosperado. El fundamento de la vida de una persona y de una nación debe ser espiritual. El avivamiento en Estados Unidos debe comenzar por la casa de Dios y por una determinación firme de seguir al Señor en integridad y pasión. El avivamiento vendrá cuando nos apasionemos por Dios y lo amemos por encima de todo.


2 Crónicas 9:17 - Referencia Cruzada

Vi un gran trono blanco y a Aquél que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. (Apocalipsis 20:11)
Todas Tus vestiduras están perfumadas con mirra, áloe y casia; Desde palacios de marfil Te han alegrado con instrumentos de cuerda. (Salmos 45:8)
El rey hizo además, un gran trono de marfil y lo revistió de oro finísimo. (1 Reyes 10:18)