Nueva Biblia Latinoamericana
Vengan, vendámoslo a los Ismaelitas y no pongamos las manos sobre él, pues es nuestro hermano, carne nuestra." Y sus hermanos le hicieron caso. (Génesis 37:27)
Pasaron entonces los mercaderes Madianitas, y ellos sacaron a José, subiéndolo del pozo, y vendieron a José a los Ismaelitas por veinte monedas de plata. Y éstos se llevaron a José a Egipto. (Génesis 37:28)
Cuando Rubén volvió al pozo, José ya no estaba en el pozo. Entonces rasgó sus vestidos; (Génesis 37:29)
y volvió a sus hermanos y les dijo: "El muchacho no está allí ; y yo, ¿adónde iré?"
Así que tomaron la túnica de José, mataron un macho cabrío, y empaparon la túnica en la sangre. (Génesis 37:31)
Entonces enviaron la túnica de muchos colores y la llevaron a su padre, y dijeron: "Encontramos esto. Te rogamos que lo examines para ver si es la túnica de tu hijo o no." (Génesis 37:32)
El la examinó, y dijo: "Es la túnica de mi hijo. Una fiera lo ha devorado. Sin duda José ha sido despedazado." (Génesis 37:33)

Otras publicaciones relacionadas con "Génesis 37:30":

Dr. Roberto Miranda
Una oportunidad desperdiciada
Este sermón habla sobre cómo reaccionamos ante las ofensas y conflictos en nuestras vidas, y la importancia de vivir conforme a los principios del Reino de Dios. Se utiliza la historia de Dina en Génesis para ilustrar cómo los hijos de Dios deben poner por encima los valores del Reino de Dios, como la paz, la misericordia y el perdón.


Gregory Bishop
Jacob el estafador
En este artículo, el autor habla sobre la historia de Jacob en el libro de Génesis y cómo Dios trabajó en su vida a pesar de sus debilidades y pecados. Destaca la importancia del quebrantamiento y la sumisión a la voluntad de Dios para ser bendecidos por Él.


Génesis 37:30 - Referencia Cruzada

Pero ellos dijeron: "Tus siervos eran doce hermanos, hijos del mismo padre en la tierra de Canaán; y el menor está hoy con nuestro padre, y el otro ya no existe." (Génesis 42:13)
Eramos doce hermanos, hijos de nuestro padre. Uno ya no existe, y el menor está hoy con nuestro padre en la tierra de Canaán.' (Génesis 42:32)
Así dice el SEÑOR: "Se oye una voz en Ramá, Lamento y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos; Rehúsa ser consolada, por sus hijos Que ya no existen." (Jeremías 31:15)
Ahora pues, vengan, matémoslo y arrojémoslo a uno de los pozos; y diremos: 'Una fiera lo devoró.' Entonces veremos en qué quedan sus sueños." (Génesis 37:20)
Cuando vaciaron sus sacos, el atado del dinero de cada uno estaba en su saco. Y al ver ellos y su padre los atados de su dinero, tuvieron temor. (Génesis 42:35)