Tenemos que cuidar las grandes visiones
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
Después de la muerte de su hijo, la sunamita va donde su esposo y le pide recursos para ir a visitar al profeta, le dice que le facilite a uno de los criados y un asno para ir corriendo a donde está el varón de Dios, ya ella ha concebido un plan. Ella sabe que tiene que ir y hablar con el profeta porque el mismo Dios que le dió a su hijo es poderoso para devolvérselo también.
Sin embargo aquí se da un interesante diálogo que nos revela algo sobre la psicología tanto de la mujer sunamita como de su esposo, porque cuando ella le dice: mira quiero ir a ver al profeta él le dice: "¿Para qué vas a verle hoy? no es ni luna nueva ni día de reposo."