Un toque de Dios
Faustino de Jesús Zamora VargasDurante años he orado por personas, seres queridos, amigos, parientes y vecinos suplicando a Dios el milagro de su salvación. Tengo vecinos humildes, religiosos, huraños, simpáticos, antipáticos, indiferentes, serviciales, políticos, apolíticos, recatados y extrovertidos. Todas criaturas de Dios, todos necesitados de Dios.
A diferencia de Europa u otras regiones del mundo, el Caribe, y Cuba muy particularmente, es un país donde Ud. llega a conocer a su vecindad. Las carencias y las necesidades de toda una generación en Cuba ha generado paralelamente un sentido de solidaridad humana necesaria donde no es extraño que un vecino toque a la puerta para pedir ayuda solicitándote desde una aspirina hasta la donación de sangre para la operación de un familiar (no exagero).