El SEÑOR es mi pastor
Faustino de Jesús Zamora VargasRESUMEN:
La Navidad es tiempo de desprendimiento, de fe, de cercanía de Dios y de amor. Es una época para asirnos a los sentimientos de paz, amistad, fraternidad, gozo interior y adoración al Cristo que nació para estar con nosotros hasta el fin del mundo. Dios ha prometido suplir todas nuestras necesidades, pero no nos asegura que nos concederá cada deseo de nuestro corazón. Él hace distinción entre una y otro. Nuestras necesidades no son muchas para vivir conforme a la voluntad de Dios. Jesús dijo: "Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás" (Juan 6:35). El Señor es mi pastor (Salmo 23:1a) es más que una promesa, es una ofrenda de amor. El Señor se ofrece a sí mismo para guiarnos por las sendas de un mundo perverso y ofrecernos lo necesario para nuestro bienestar llevándonos a lugares donde el reposo es seguro y el pasto es abundante. La Navidad es una ocasión única para meditar en qué lugar hemos puesto el señorío de nuestro Señor Jesucristo en nuestra vida cristiana. El gozo genuino no comienza cuando obtenemos lo que deseamos, sino cuando anhelamos estar cerca de Dios. La Navidad es cercanía de Dios. ¡Dios te bendiga!Se escuchan ya los primeros sonidos de la próxima Navidad, tiempo de desprendimiento, de fe, de cercanía de Dios y de amor. De este lado del mundo ha comenzado ya la corrida sentimental por acercarnos a nuestros seres queridos con el detalle de un regalo y expresarles nuestro afecto en esta hermosa época del año. Extraordinaria jornada para asirnos a los sentimientos de paz, amistad, fraternidad, gozo interior y adoración al Cristo que nació para estar con nosotros hasta el fin del mundo.
Navidad es optimismo. La Palabra de Dios en el Salmo 23 comienza a encarnarse en nuestra conciencia con un hálito de consolación y eterna promesa de Emanuel de estar a nuestro lado sin importar las circunstancias.