Solo tu gracia
Milagros García KlibanskyCada fin de semana tomo un tiempo para leer los comentarios de mis hermanos que me son enviados a través de mi email por los líderes del sitio de la congregación virtual de León de Judá, ya que en Cuba no tenemos la posibilidad de tener internet, por tanto la única comunicación que tenemos es esta y damos gracias a Dios por ella por que no existe otra forma de escribir y de poder compartir con ustedes, hermanos.
Cuando leo estos comentarios, les digo honestamente, mis ojos se llenan de lágrimas y siento vergüenza, pero es una vergüenza extraña. Es una vergüenza llena de agradecimiento y humildad, pues sé que ninguno de estos elogios me corresponde, no a mí, no a la mano que escribe.