Pasemos pues a Belén
Samuel CaraballoAnte el asombro de un mensaje espectacular, los pastores en el Evangelio de Lucas tomaron una decisión muy importante que hoy no debemos dejar pasar por alto. "Pasemos pues a Belén" fue la respuesta que catapultó estos ganaderos al acontecimiento más vislumbrante de la historia humana.
En Belén, Dios todopoderoso se encarna en la persona del tierno bebé llamado Jesús. Al tomar la iniciativa de trasladarse hacia el pesebre, los pastores dejan de ser recipientes de un anuncio sobrenatural y pasan a ser co-participantes del plan divino de Dios para la humanidad, (Lucas 2:18).
El tiempo de viaje hacia el pesebre o la distancia geográfica entre los pastores y el niño Jesús pudieron haber sido excusas válidas para no pasar a Belén. Sin embargo el relato bíblico nos informa que los pastores marcharon hacia el pesebre “a todo prisa” (versículo 16) a pesar de las posibles complicaciones generadas por su decisión. Esto nos ayuda a reconocer el hecho de que todo “anuncio” y “llamado” de parte de Dios a nuestras vidas siempre produce algún tipo de percance a nuestra rutina. Los pastores armados de fe y valentía tomaron la iniciativa de participar del acontecimiento muy particular que se les confió.
En este dia le invito a preguntarse, cuáles son los anuncios y/o asignaciones que Dios le ha confiado? Quizas hoy usted, al igual que los pastores de este relato, está en el proceso de transicionar de ser recipiente a ser co-participante del mensaje que Dios ha conferido a su vida. Quizás ha recibido un llamado a trabajar con los ancianos de su congregación, o con las personas en las prisiones, o los niños en su comunidad, o los enfermos en los hospitales, o como maestra de escuela bíblica. Quizás Dios lo está impulsado a un nuevo rumbo por donde usted nunca ha caminado. Cualquiera sea su llamado o anunciamiento, sepa que hoy el Espíritu Santo está presente y dispuesto a darle las fuerzas necesarias para moverse adelante en fe y en valentía, tal como lo hicieron estos pastores. Siempre habrá complicaciones en nuestra vereda que atentan fraguar el plan divino de Dios para nuestras vida. Sin embargo, hoy vencemos la inercia y nos aferramos al ejemplo de los pastores. Sobre todo, en este día nos entregamos al cuidado sobrenatural del Espíritu Santo que nos “empodera” y nos da valor para enfrentar los retos que encontramos antes y durante nuestro caminar hacia el “pesebre”. Pasemos pues con firmeza y determinación hacia Belén....”