Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
Me guió a compartir con ustedes, padres, pero también con toda la Iglesia, unos versículos del Salmo 112, que es la promesa del Señor para ti hombre, seas padre o no seas padre, en el término biológico, escucha la promesa del Señor: "Bienaventurado el hombre que teme a Jehová y en sus mandamientos se deleita en gran manera" es el fundamento hombre de Dios, de toda prosperidad, de toda bienaventuranza, de toda bendición, es deleitarnos en una Palabra fuerte y activa, dinámica, deleitarnos activamente, encontrar su fruto, de la Palabra, de los principios del Señor, no solamente para venir a una iglesia para llenar un cometido formal, social, si no venir con hambre, con apetito de Dios, con deseo de derramarnos ante Él y declarar nuestro amor.
Sabiendo que como dice el Salmista, mejor es un año en Tu casa que mil fuera de ella, deleitarnos en la casa y los asuntos del Señor, la persona, el hombre que lo siente así, y Dios está trayendo muchos jóvenes a la Iglesia, yo me gozo de ello, no porque los otros hombres mayores no seamos igualmente de valiosos, pero qué bueno es ver jóvenes, están comenzando temprano a buscar de Dios, y están rectificando su vida, podrían estar allá afuera haciendo y deshaciendo pero Dios los está tocando, aquí en la Casa del Señor, qué bueno, no hay que avergonzarse de eso, trae a tus amigos de fiesta aquí, aunque estés resacado de la juerga de la noche anterior tráelos, tráelos a la Casa de Dios no te preocupes, aquí los arreglamos, pero deléitate, deléitate hombre, porque eso te va a permitir ser un buen padre, un buen esposo, ser un buen amigo, ser un buen compañero, un buen trabajador, un buen obrero.