Mejor restaurar que condenar

Dr. Roberto Miranda
Dr. Roberto Miranda

RESUMEN: Cuando un hermano cae, debemos esforzarnos por ayudarlo a restaurarse y dejarlo más fuerte y en mejor condición espiritual que antes de caer. Debemos recordar nuestra propia condición imperfecta y tratar al hermano caído con gracia y misericordia. Debemos estar dispuestos a extender compasión y asistencia al caído. Para el que reconoce su verdadera condición ante Dios, siempre le resultará más fácil restaurar que condenar.

Una actitud de gracia y misericordia para con el caído debe ser parte esencial del equipaje espiritual de todo creyente. Cuando un hermano cae, debemos inmediatamente reflexionar sobre nuestra propia experiencia y condición, y esforzarnos por ayudar a restaurarlo y dejarlo más fuerte y en mejor condición espiritual que antes de caer.

Ese es el entendimiento que está detrás de las palabras del apóstol Pablo en Gálatas 6:1: 1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.

En este versículo, la palabra “restauradle” viene del verbo griego katartizo, el cual entre otras cosas se refería a la reparación de redes o la restauración de un hueso quebrado. La idea en ambos casos es reparar algo que está dañado y dejarlo en perfecta condición, como si nada hubiera sucedido. Lo que Pablo está diciendo es que en vez de condenar al creyente cuando cae o comete un error, lo primero que debemos hacer es recordar deliberadamente nuestra propia condición imperfecta, e inmediatamente tratar de ayudar al hermano caído a restaurarse y seguir su jornada hacia la santidad con más fuerza y entusiasmo que antes de caer. Ese proceso de restauración podrá en ocasiones involucrar algún tipo de disciplina, pero siempre tendrá que infundir esperanza, y estar penetrado por un profundo sentido de gracia y misericordia hacia el caído.

El que ha recibido misericordia de parte de Dios, debe dar misericordia a los demás. Debemos siempre recordar cuán difícil ha sido para nosotros el camino hacia la santidad, a fin de estar dispuestos a extenderle compasión y asistencia al caído. Para el que reconoce su verdadera condición ante Dios, siempre le resultará más fácil restaurar que condenar.

Otras publicaciones relacionadas con "Mejor restaurar que condenar":

Milagros García Klibansky
El valor de corregir con amor
Reflexión sobre la importancia de corregir a los hermanos en la fe con amor y basándose en la palabra de Dios.


Alberto González Muñoz
Ayudando al caído
Artículo de Alberto González Muñoz que aborda la importancia de tratar a las personas que caen con amor y misericordia, y de aplicar una disciplina generosa y restauradora en lugar de rechazarlos. Se presentan ejemplos de situaciones en las que se han aplicado diferentes enfoques para ayudar a personas que han caído en tentaciones o han cometido errores.