Las plagas evitables
Faustino de Jesús Zamora VargasLa noticia del virus Ébola me lleva al Salmo 91. Tragedias de muerte. Siempre la muerte con su mensaje de desolación y tristeza. Siempre los pobres, los inocentes, pagando por "los platos que rompieron otros". Ningún virus sale de la nada,
si no es el hombre quien lo provoca por su ignorancia o desobediencia. Un Ébola que asegura la muerte definitiva de seres humanos creados a la imagen y semejanza de Dios. La pobreza del hombre casi siempre asociada a la indiferencia que unos pocos le dan a su prójimo. Como siempre aclaro, mi reflexión es teología. Todo tiene que ver con Dios, todo se trata de Dios, hasta el Ébola. Cualquier plaga podría evitarse, cualquier pandemia encontraría contención. “El que habita al amparo del Altísimo, morará a la sombra del Omnipotente” (Salmos 91.1).