La vejez como tiempo de cosecha
Dr. Roberto MirandaLa vejez puede ser un tiempo de gran belleza, una oportunidad para hacer la paz con nuestros seres queridos y con nosotros mismos. Puede ser un tiempo de sanidad interior, en que finalmente sujetemos todas esas energías negativas que tanto dolor y conflicto nos han causado a lo largo de la vida. Puede representar una oportunidad para desarrollar nuevas facetas de nuestra personalidad, largamente reprimidas; para probar nuevos colores en nuestra vestidura, ampliar el círculo de nuestras amistades; finalmente acometer esos proyectos que quisimos emprender durante nuestra juventud, pero que por una razón u otra no pudimos. Un antiguo dicho judío declara: “Para los ignorantes, la vejez significa tiempo de invierno; para los instruidos, tiempo de cosecha”.
Podemos lograr nuestros sueños no importa la edad que tengamos. La vida está esperando a que emprendamos la jornada del conocimiento, el triunfo y la superación personal. ¡Todo eso, y mucho más, está a tu alcance por medio del poder de Dios que se mueve dentro de ti! Empleando los principios que Dios ha provisto en su palabra podemos declarar confiadamente con el apóstol Pablo: “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece”.
Para la persona comprometida a aprovechar todas las circunstancias de la vida para su crecimiento personal, no hay barreras infranqueables en el camino hacia la cima. Aun los fracasos y la adversidad, el paso de los años y los achaques de la vejez, aun aquellos obstáculos que no pueden ser enteramente superados, pueden constituir materia prima para el éxito y la realización personal. Con Cristo en nuestra vida, cada etapa de la vida posee su propia virtud y belleza. Cada día representa una nueva oportunidad para llegar a ser más como él y conocerlo en una nueva manera.