Jeremías 29
Dr. Roberto Miranda(Audio: English)
SUMMARY:
En Jeremías 29, Dios envía una carta a los judíos exiliados en Babilonia, en la que les dice que construyan casas, se establezcan, se casen y tengan hijos. Dios les pide que busquen la paz y la prosperidad de la ciudad donde están en el exilio y que oren por ello. Dios les dice que después de los setenta años de exilio, los traerá de vuelta a su tierra. Dios es un Dios de justicia y castigo, pero también de gracia y esperanza. La carta es una mezcla de ambas y muestra el hermoso corazón de Dios.
Dios quiere darnos cosas buenas y prosperarnos. Debemos tener expectativas positivas y emprendedoras en nuestra vida cristiana, cultivando una actitud de victoria y prosperidad. A veces, las cosas malas que nos suceden pueden ser parte del plan de Dios para abrirnos a su gloria y desencadenar un proceso de transformación en nuestras vidas. Debemos recordar que Dios tiene planes para prosperarnos y darnos esperanza y un futuro. Como pueblo de Dios, estamos llamados a vivir una vida emprendedora y creativa.
Somos llamados a vivir una vida emprendedora y utilizar los talentos que Dios nos ha dado en todas las áreas de nuestra vida. Debemos eliminar la mediocridad y buscar el máximo potencial en cada aspecto de nuestra vida. Además, debemos ser agentes de la gracia y el amor de Dios para los demás, bendiciendo a nuestra comunidad y compartiendo nuestros recursos generosamente. La reserva de Dios es ilimitada y podemos permitirnos dar y bendecir a otros. Debemos confiar en el carácter de Dios y en su promesa de amor y prosperidad para nuestras vidas.Jeremías, capítulo 29, uno de mis pasajes favoritos de las Escrituras, una especie de tema de mi vida cuando pienso en el Señor al que sirvo, y lo que puedo esperar de ese Dios, lo que puedo esperar del cristianismo que me comprometí. en y que practico, mi comprensión de Dios y del reino que habito, y lo que puedo esperar del futuro también, cada uno de ustedes. Este mensaje es para ti, mientras miras hacia el futuro, ¿qué puedes esperar de Dios?
Jeremías, capítulo 29. Leeré, ya sabes, hasta cierto punto y ... dejaré que mis palabras sean pocas. Esa es una de las pocas expresiones que los predicadores no pueden decir con sinceridad. "Que mis palabras sean pocas".