Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces ella aparejó el asna y dijo a su criado: "Arrea y anda; no detengas el paso por mí a menos que yo te lo diga." (2 Kings 4:24)
Y ella fue y llegó al hombre de Dios en el Monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a Giezi su criado: "Mira, allá viene la Sunamita. (2 Kings 4:25)
Te ruego que corras ahora a su encuentro y le digas: '¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu marido? ¿Le va bien al niño?'" Y ella respondió: "Estamos bien." (2 Kings 4:26)
Pero cuando ella llegó al monte, al hombre de Dios, se abrazó de sus pies. Y Giezi se acercó para apartarla, pero el hombre de Dios dijo: "Déjala, porque su alma está angustiada y el SEÑOR me lo ha ocultado y no me lo ha revelado."
Entonces ella dijo: "¿Acaso pedí un hijo a mi señor? ¿No dije: 'No me engañe usted?'" (2 Kings 4:28)
Entonces Eliseo dijo a Giezi: "Prepárate, toma mi báculo en tu mano, y vete. Si encuentras a alguien, no lo saludes, y si alguien te saluda, no le respondas, y pon mi báculo sobre el rostro del niño." (2 Kings 4:29)
Y la madre del niño dijo: "Vive el SEÑOR y vive su alma, que no me apartaré de usted." Entonces Eliseo se levantó y la siguió. (2 Kings 4:30)

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Dr. Roberto Miranda
Living in normal times
The speaker urges the audience to abandon a casual approach to Christianity and instead be passionate and insistent in seeking God. He uses the story of the Shunammite woman who persistently invited Elisha into her home as an example of how to approach God and emphasizes the importance of discernment in choosing a good church or ministry to support and bless. Additionally, he encourages men to take on spiritual leadership in their homes and communities.


Dr. Roberto Miranda
Spiritual authority
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Seeking greater levels of closeness and depth with God
Dr. Roberto Miranda discusses the importance of seeking greater levels of closeness and depth with God through the story of the Shunammite woman and her relationship with the prophet Elisha.


2 Kings 4:27 - Cross Reference

Y uno de sus siervos dijo: "No, rey señor mío, sino que Eliseo, el profeta que está en Israel, le dice al rey de Israel las palabras que tú hablas en el interior de tu alcoba." (2 Kings 6:12)
Hastiado estoy de mi vida: Daré rienda suelta a mi queja, Hablaré en la amargura de mi alma. (Job 10:1)
En esto llegaron Sus discípulos y se admiraron de que hablara con una mujer, pero ninguno Le preguntó: "¿Qué tratas de averiguar?" o: "¿Por qué hablas con ella?" (John 4:27)
Entonces Natán dijo al rey: "Vaya, haga todo lo que está en su corazón, porque el SEÑOR está con usted." (2 Samuel 7:3)
Y ella fue y llegó al hombre de Dios en el Monte Carmelo. Cuando el hombre de Dios la vio a lo lejos, dijo a Giezi su criado: "Mira, allá viene la Sunamita. (2 Kings 4:25)
De repente Jesús les salió al encuentro, diciendo: "¡Saludos!" Y ellas, acercándose, abrazaron Sus pies y Lo adoraron. (Matthew 28:9)
Pero El no le contestó nada. Y acercándose Sus discípulos, Le rogaban: "Atiéndela, pues viene gritando tras nosotros." (Matthew 15:23)
Pero Jesús dijo: "Déjenla; ¿por qué la molestan? Buena obra ha hecho para Mí. (Mark 14:6)
El espíritu del hombre puede soportar su enfermedad, Pero el espíritu quebrantado, ¿quién lo puede sobrellevar? (Proverbs 18:14)
La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún: "¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!" (Matthew 20:31)
Traían niños a Jesús para que El los tocara, pero los discípulos los reprendieron. (Mark 10:13)
Ciertamente el Señor DIOS no hace nada Sin revelar Su secreto A Sus siervos los profetas. (Amos 3:7)
Y Judas Iscariote, uno de Sus discípulos, el que Lo iba a entregar (traicionar), dijo: (John 12:4)
Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi Padre. (John 15:15)
El corazón conoce su propia amargura, Y un extraño no comparte su alegría. (Proverbs 14:10)
y poniéndose detrás de El a Sus pies, llorando, comenzó a regar Sus pies con lágrimas y los secaba con los cabellos de su cabeza, besaba Sus pies y los ungía con el perfume. (Luke 7:38)
Pero el SEÑOR dijo: "¿Ocultaré a Abraham lo que voy a hacer? (Genesis 18:17)
ella, muy angustiada, oraba al SEÑOR y lloraba amargamente. (1 Samuel 1:10)