Aun esto es poco ante los ojos del SEÑOR; también entregará en manos de ustedes a los Moabitas. (2 Kings 3:18)

Ustedes destruirán toda ciudad fortificada y toda ciudad principal, talarán todo árbol bueno, cegarán todas las fuentes de agua y dañarán con piedras todo terreno fértil.'" (2 Kings 3:19)

Y aconteció que por la mañana, a la hora de ofrecer el sacrificio, el agua vino por el camino de Edom, y la tierra se llenó de agua. (2 Kings 3:20)

Y todos los Moabitas oyeron que los reyes habían subido a pelear contra ellos. Y convocaron a todos, desde los que podían ponerse armadura en adelante, y se colocaron en la frontera.

Se levantaron muy de mañana, y cuando el sol brilló sobre el agua, los Moabitas vieron el agua frente a ellos tan roja como la sangre. (2 Kings 3:22)

Entonces dijeron: "Esto es sangre; sin duda los reyes han peleado entre sí, y se han matado unos a otros. Ahora pues, ¡Moab, al despojo!" (2 Kings 3:23)

Pero cuando llegaron al campamento de Israel, los Israelitas se levantaron e hirieron a los Moabitas, y éstos huyeron delante de ellos; y los Israelitas invadieron el país matando a los Moabitas. (2 Kings 3:24)

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Estén, pues, firmes, CEÑIDA SU CINTURA CON LA VERDAD, REVESTIDOS CON LA CORAZA DE LA JUSTICIA, (Ephesians 6:14)

Respondió el rey de Israel: "Díganle: 'No se jacte el que se pone las armas como el que se las quita.'" (1 Kings 20:11)