Nueva Biblia Latinoamericana
y puso en camino todo su ganado y todas las posesiones que había acumulado, el ganado adquirido que había acumulado en Padán Aram, para ir a Isaac su padre, a la tierra de Canaán. (Genesis 31:18)
Mientras Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel robó los ídolos domésticos que eran de su padre. (Genesis 31:19)
Jacob engañó a Labán Arameo al no informarle que huía. (Genesis 31:20)
Huyó, pues, Jacob con todo lo que tenía. Se levantó, cruzó el río Eufrates y se dirigió hacia la región montañosa de Galaad.
Al tercer día, cuando informaron a Labán que Jacob había huido, (Genesis 31:22)
tomó a sus parientes consigo y lo persiguió por siete días; y lo alcanzó en los montes de Galaad. (Genesis 31:23)
Pero Dios vino a Labán Arameo en sueños durante la noche, y le dijo: "De ningún modo hables a Jacob ni bien ni mal." (Genesis 31:24)

Other publications related to "Genesis 31:21":

Gregory Bishop
Jacob the hustler
The story of Jacob in the Bible shows how God can use our messes to do something amazing, and how submission to God is important for His purpose.


Dr. Roberto Miranda
A wasted opportunity
The article discusses the importance of forgiveness, mercy, and peace in the Kingdom of God through the story of Dinah in Genesis 34 and the values of the Gospel. The author also shares a personal experience of witnessing violence on the streets and reflects on the worlds values of competition and aggression.


Genesis 31:21 - Cross Reference

tomó a sus parientes consigo y lo persiguió por siete días; y lo alcanzó en los montes de Galaad. (Genesis 31:23)
Sucedió que cuando se cumplían los días de Su ascensión, Jesús, con determinación, afirmó Su rostro para ir a Jerusalén. (Luke 9:51)
En aquel día el SEÑOR hizo un pacto con Abram, diciendo: "A tu descendencia he dado esta tierra, Desde el río de Egipto hasta el río grande, el Río Eufrates: (Genesis 15:18)
Tomamos posesión, pues, de esta tierra en aquel tiempo. Desde Aroer, que está en el Valle del Arnón, y la mitad de la región montañosa de Galaad y sus ciudades, se la di a los Rubenitas y a los Gaditas. (Deuteronomy 3:12)
Los Rubenitas y los Gaditas con la otra media tribu habían recibido ya su heredad, la cual Moisés les había dado al otro lado del Jordán, hacia el oriente, tal como se la había dado Moisés, siervo del SEÑOR: (Joshua 13:8)
Cuando Balaam vio que agradaba al SEÑOR bendecir a Israel, no fue como otras veces a buscar presagios, sino que puso su rostro hacia el desierto. (Numbers 24:1)
Entonces Hazael, rey de Aram, subió y peleó contra Gat y la tomó; y Hazael se propuso subir contra Jerusalén. (2 Kings 12:17)
Los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían una cantidad muy grande de ganado. Por eso, cuando vieron la tierra de Jazer y la tierra de Galaad, que en verdad era un lugar bueno para ganado, (Numbers 32:1)
Y Josué dijo a todo el pueblo: "Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: 'Al otro lado del Río (Eufrates) habitaban antiguamente los padres de ustedes, es decir, Taré, padre de Abraham y de Nacor, y servían a otros dioses. (Joshua 24:2)
Jacob envió a Judá delante de sí a José, para indicar delante de él el camino a Gosén, y llegaron a la tierra de Gosén. (Genesis 46:28)
Y el pueblo, los jefes de Galaad, se dijeron unos a otros: "¿Quién es el hombre que comenzará la batalla contra los Amonitas? El será caudillo de todos los habitantes de Galaad." (Judges 10:18)
Elías el Tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: "Vive el SEÑOR, Dios de Israel, delante de quien estoy, que ciertamente no habrá rocío ni lluvia en estos años, sino por la palabra de mi boca." (1 Kings 17:1)
El nombre del tercer río es Tigris. Este es el que corre al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. (Genesis 2:14)
Entonces se sentaron a comer, y cuando levantaron los ojos, vieron una caravana de Ismaelitas que venía de Galaad con sus camellos cargados de resina aromática, bálsamo y mirra, e iban bajando hacia Egipto. (Genesis 37:25)
Preguntarán por el camino de Sion, Hacia donde volverán sus rostros; Vendrán para unirse al SEÑOR En un pacto eterno que no será olvidado. (Jeremiah 50:5)