Así se apareaban los rebaños junto a las varas, y los rebaños tenían crías rayadas, moteadas y manchadas.
(Genesis 30:39)Jacob apartó los corderos, y puso los rebaños en dirección a lo rayado y a todo lo negro en el rebaño de Labán, y puso su propio rebaño aparte. No lo puso con el rebaño de Labán.
(Genesis 30:40)Además, cada vez que los más robustos del rebaño se apareaban, Jacob ponía las varas a la vista del rebaño en los canales, para que se aparearan frente a las varas.
(Genesis 30:41)Pero cuando el rebaño era débil, no las ponía, de manera que las crías débiles vinieron a ser de Labán y las robustas de Jacob.
Así prosperó el hombre en gran manera, y tuvo grandes rebaños, y siervas y siervos, y camellos y asnos.
(Genesis 30:43)Pero Jacob oyó las palabras de los hijos de Labán, que decían: "Jacob se ha apoderado de todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha hecho toda esta riqueza."
(Genesis 31:1)También Jacob observó la actitud de Labán, que ya no era amigable para con él como antes.
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