Nueva Biblia Latinoamericana
Pero ella le respondió: "No, porque esta injusticia que me haces, echándome fuera, es mayor que la otra que me has hecho." Pero él no quiso oírla. (2 Samuel 13:16)
Llamó, pues, a su criado que le servía y le dijo: "Echa a esta mujer fuera de aquí, y cierra la puerta tras ella." (2 Samuel 13:17)
(Ella llevaba un vestido de manga larga, porque así las hijas vírgenes del rey se vestían con túnicas.) Su criado la echó fuera, y cerró la puerta tras ella. (2 Samuel 13:18)
Entonces Tamar se puso ceniza sobre la cabeza, rasgó el vestido de manga larga que llevaba puesto, y se fue gritando con las manos sobre la cabeza.
Su hermano Absalón le dijo: "¿Ha estado contigo tu hermano Amnón? Guarda silencio ahora, hermana mía; tu hermano es; no se angustie tu corazón por este asunto." Tamar, pues, se quedó desconsolada en casa de su hermano Absalón. (2 Samuel 13:20)
Cuando el rey David se enteró de todas estas cosas, se enojó mucho. (2 Samuel 13:21)
Pero Absalón no le habló a Amnón ni bien ni mal; pues odiaba a Amnón, porque había violado a su hermana Tamar. (2 Samuel 13:22)

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2 Samuel 13:19 - Cross Reference

Entonces Josué rasgó sus vestidos y postró su rostro en tierra delante del arca del SEÑOR hasta el anochecer, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas. (Joshua 7:6)
Y cuando alzaron los ojos desde lejos y no lo reconocieron, levantaron sus voces y lloraron. Cada uno de ellos rasgó su manto y esparcieron polvo hacia el cielo sobre sus cabezas. (Job 2:12)
Entonces David agarró sus ropas y las rasgó, y así hicieron también todos los hombres que estaban con él. (2 Samuel 1:11)
También de allí saldrás Con las manos en la cabeza; Porque el SEÑOR ha desechado a aquéllos en quienes confías, Y no prosperarás con ellos." (Jeremiah 2:37)
Por eso me retracto, Y me arrepiento en polvo y ceniza." (Job 42:6)
Y un hombre de Benjamín corrió del campo de batalla, y llegó aquel mismo día a Silo, con sus vestidos rotos y polvo sobre su cabeza. (1 Samuel 4:12)
Cuando Mardoqueo supo todo lo que se había hecho, rasgó sus vestidos, se vistió de cilicio y ceniza, y salió por la ciudad, lamentándose con grande y amargo clamor. (Esther 4:1)
Al tercer día, un hombre llegó del campamento de Saúl con sus ropas rasgadas y polvo sobre su cabeza. Al llegar ante David, se inclinó a tierra y se postró. (2 Samuel 1:2)