Nueva Biblia Latinoamericana
Pero Sísara huyó a pie a la tienda de Jael, mujer de Heber el Quenita. Porque había paz entre Jabín, rey de Hazor, y la casa de Heber el Quenita. (Judges 4:17)
Jael salió al encuentro de Sísara, y le dijo: "Venga, señor mío, venga a mí; no tema." Y él fue hacia ella a la tienda, y ella lo cubrió con una manta. (Judges 4:18)
Y él le dijo: "Te ruego que me des a beber un poco de agua, porque tengo sed." Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber; entonces lo cubrió. (Judges 4:19)
Y él le dijo: "Ponte a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta: '¿Hay alguien aquí?' tú responderás: 'No.'"
Pero Jael, mujer de Heber, tomó una estaca de la tienda y tomando en la mano un martillo, se le acercó silenciosamente y le clavó la estaca en las sienes, la cual penetró en la tierra, pues él estaba profundamente dormido y agotado, y murió. (Judges 4:21)
Y cuando Barac venía persiguiendo a Sísara, Jael salió a su encuentro, y le dijo: "Ven, y te mostraré al hombre que buscas." Y él entró con ella, y vio que Sísara estaba tendido, muerto con la estaca en la sien. (Judges 4:22)
Así sometió Dios en aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los Israelitas. (Judges 4:23)

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Judges 4:20 - Cross Reference

Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rahab: "Saca a los hombres que han venido a ti, que han entrado en tu casa, porque han venido para reconocer toda la tierra." (Joshua 2:3)
Entonces los siervos de Absalón fueron a la casa de la mujer y dijeron: "¿Dónde están Ahimaas y Jonatán?" Y la mujer les dijo: "Ellos han pasado el arroyo." Buscaron, y al no encontrarlos, regresaron a Jerusalén. (2 Samuel 17:20)