Nueva Biblia Latinoamericana
desde el Monte Halac, que se levanta hacia Seir, hasta Baal Gad en el Valle del Líbano, al pie del Monte Hermón. Capturó a todos sus reyes, los hirió y los mató. (Joshua 11:17)
Por mucho tiempo Josué estuvo en guerra con todos estos reyes. (Joshua 11:18)
No hubo ciudad que hiciera paz con los Israelitas, excepto los Heveos que vivían en Gabaón. De todas se apoderaron por la fuerza. (Joshua 11:19)
Porque fue la intención del SEÑOR endurecer el corazón de ellos, para que se enfrentaran en batalla con Israel, a fin de que fueran destruidos por completo, sin que tuviera piedad de ellos y los exterminara, tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés.
Por aquel tiempo Josué fue y destruyó a los Anaceos de la región montañosa, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la región montañosa de Judá y de toda la región montañosa de Israel. Josué los destruyó por completo con sus ciudades. (Joshua 11:21)
No quedaron Anaceos en la tierra de los Israelitas. Sólo quedaron algunos en Gaza, en Gat y en Asdod. (Joshua 11:22)
Tomó, pues, Josué toda la tierra de acuerdo con todo lo que el SEÑOR había dicho a Moisés. Y Josué la dio por heredad a Israel conforme a sus divisiones por sus tribus. Entonces la tierra descansó de la guerra. (Joshua 11:23)

Other publications related to "Joshua 11:20":

Faustino de Jesús Zamora Vargas
Give me that mountain!
An article about Calebs example of loyalty, integrity, and perseverance in asking God for his inheritance and conquering the mountains of Hebron, and how it serves as inspiration for Christians to ask God for their mountain and conquer it with His help.


Faustino de Jesús Zamora Vargas
Joshua and Caleb
The story of Joshua and Caleb, two leaders of integrity and faith who believed in Gods promises for his people, and how their example can guide the church of Christ.


Joshua 11:20 - Cross Reference

Así que Dios tiene misericordia, del que quiere y al que quiere endurece. (Romans 9:18)
Y el SEÑOR dijo a Moisés: "Cuando vuelvas a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano. Pero Yo endureceré su corazón de modo que no dejará ir al pueblo. (Exodus 4:21)
Su padre y su madre no sabían que esto era del SEÑOR, porque El buscaba ocasión contra los Filisteos, pues en aquel tiempo los Filisteos dominaban a Israel. (Judges 14:4)
Destruirás a todos los pueblos que el SEÑOR tu Dios te entregue; tu ojo no tendrá piedad de ellos; tampoco servirás a sus dioses, porque esto sería un tropiezo para ti. (Deuteronomy 7:16)
Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer: para mostrarte Mi poder y para proclamar Mi nombre por toda la tierra. (Exodus 9:16)
Y el SEÑOR dijo: '¿Quién persuadirá a Acab para que suba y caiga en Ramot de Galaad?' Y uno decía de una manera, y otro de otra. (1 Kings 22:20)
Y El dijo: "Ve, y dile a este pueblo: 'Escuchen bien, pero no entiendan; Miren bien, pero no comprendan.' (Isaiah 6:9)
Pero Yo endureceré el corazón de los Egipcios para que entren a perseguirlos. Me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería. (Exodus 14:17)
Pero en las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu Dios te da en heredad, no dejarás con vida nada que respire, (Deuteronomy 20:16)
¿Y qué, si Dios, aunque dispuesto a demostrar Su ira y hacer notorio Su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira preparados para destrucción? (Romans 9:22)
El rey no escuchó al pueblo, porque lo que había sucedido era del SEÑOR, para que El confirmara la palabra que el SEÑOR había hablado por medio de Ahías el Silonita a Jeroboam, hijo de Nabat. (1 Kings 12:15)
Y mientras el profeta hablaba con él, el rey le dijo: "¿Acaso te hemos constituido consejero real? Detente. ¿Por qué buscas que te maten?" Entonces el profeta se detuvo, y dijo: "Yo sé que Dios ha determinado destruirte, porque has hecho esto y no has escuchado mi consejo." (2 Chronicles 25:16)
Pero Sehón, rey de Hesbón, no quiso dejarnos pasar por su tierra porque el SEÑOR tu Dios endureció su espíritu e hizo obstinado su corazón, a fin de entregarlo en tus manos, como lo está hoy. (Deuteronomy 2:30)
Josué capturó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus reyes. Los hirió a filo de espada y los destruyó por completo, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado. (Joshua 11:12)
Si un hombre peca contra otro, Dios mediará por él; pero si un hombre peca contra el SEÑOR, ¿quién intercederá por él?" Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque el SEÑOR quería que murieran. (1 Samuel 2:25)