Nueva Biblia Latinoamericana
Aquellos cinco reyes habían huido y se habían escondido en la cueva de Maceda. (Joshua 10:16)
Y fue dado aviso a Josué: "Los cinco reyes han sido hallados escondidos en la cueva de Maceda." (Joshua 10:17)
Y Josué dijo: "Rueden piedras grandes hacia la entrada de la cueva, y pongan junto a ella hombres que los vigilen, (Joshua 10:18)
pero ustedes no se queden ahí. Persigan a sus enemigos y atáquenlos por la retaguardia. No les permitan entrar en sus ciudades, porque el SEÑOR, Dios de ustedes, los ha entregado en sus manos."
Cuando Josué y los Israelitas terminaron de herirlos con gran matanza, hasta que fueron destruidos, y los sobrevivientes que de ellos quedaron habían entrado en las ciudades fortificadas, (Joshua 10:20)
todo el pueblo volvió en paz al campamento y a Josué en Maceda. Nadie profirió palabra alguna contra ninguno de los Israelitas. (Joshua 10:21)
Entonces Josué dijo: "Abran la entrada de la cueva y sáquenme de ella a esos cinco reyes." (Joshua 10:22)

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Joshua 10:19 - Cross Reference

Perseguí a mis enemigos y los alcancé; Y no me volví hasta acabarlos. (Psalm 18:37)
Si se refugia en una ciudad, todo Israel traerá sogas a aquella ciudad y la arrastraremos al valle hasta que no se encuentre en ella ni una piedra pequeña." (2 Samuel 17:13)
¿Por qué estamos aún sentados? Congréguense, y entremos en las ciudades fortificadas, Y perezcamos allí, Pues el SEÑOR nuestro Dios nos hace perecer Y nos ha dado a beber agua envenenada, Porque hemos pecado contra el SEÑOR. (Jeremiah 8:14)
Y David dijo a Abisai: "Ahora Seba, hijo de Bicri, nos hará más daño que Absalón. Toma a los siervos de tu señor y persíguelo, no sea que halle para sí ciudades fortificadas y se nos escape." (2 Samuel 20:6)
Maldito el que hace la obra del SEÑOR con engaño; Maldito el que retrae su espada de la sangre. (Jeremiah 48:10)
El SEÑOR, pues, corta de Israel la cabeza y la cola, La hoja de palmera y el junco en un mismo día. (Isaiah 9:14)
Cuando Josué y los Israelitas terminaron de herirlos con gran matanza, hasta que fueron destruidos, y los sobrevivientes que de ellos quedaron habían entrado en las ciudades fortificadas, (Joshua 10:20)