ciertamente pondrás sobre ti al rey que el SEÑOR tu Dios escoja, a uno de entre tus hermanos pondrás por rey sobre ti; no pondrás sobre ti a un extranjero que no sea hermano tuyo.
(Deuteronomy 17:15)
Además, el rey no tendrá muchos caballos, ni hará que el pueblo vuelva a Egipto para tener muchos caballos, pues el SEÑOR te ha dicho: 'Jamás volverán ustedes por ese camino.'
(Deuteronomy 17:16)
Tampoco tendrá muchas mujeres, no sea que su corazón se desvíe; ni tendrá grandes cantidades de plata y oro.
(Deuteronomy 17:17)
Y cuando él se siente sobre el trono de su reino, escribirá para sí una copia de esta ley en un libro, en presencia de los sacerdotes Levitas.
La tendrá consigo y la leerá todos los días de su vida, para que aprenda a temer al SEÑOR su Dios, observando cuidadosamente todas las palabras de esta ley y estos estatutos,
(Deuteronomy 17:19)
para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos y no se desvíe del mandamiento ni a la derecha ni a la izquierda, a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
(Deuteronomy 17:20)
Los sacerdotes Levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán porción ni heredad con el resto de Israel. Ellos comerán de las ofrendas encendidas al SEÑOR y de Su porción.
(Deuteronomy 18:1)
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Deuteronomy 17:18 - Cross Reference
Cuando Moisés terminó de escribir las palabras de esta ley en un libro, hasta su conclusión,
(Deuteronomy 31:24)
Moisés escribió esta ley y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, y a todos los ancianos de Israel.
(Deuteronomy 31:9)
Entonces Joiada sacó al hijo del rey y le puso la corona, y le dio el libro del Testimonio; lo hicieron rey y lo ungieron, y batiendo palmas, gritaron: "¡Viva el rey!"
(2 Kings 11:12)
Entonces Hilcías dijo al escriba Safán: "He hallado el Libro de la Ley en la casa del SEÑOR." Hilcías le dio el libro a Safán,
(2 Chronicles 34:15)
Entonces el sumo sacerdote Hilcías dijo al escriba Safán: "He hallado el Libro de la Ley en la casa del SEÑOR." E Hilcías dio el libro a Safán, y éste lo leyó.
(2 Kings 22:8)