Pero entre éstos no había ninguno de los que fueron contados por Moisés y el sacerdote Aarón, cuando contaron a los Israelitas en el desierto de Sinaí.
(Numbers 26:64)
Porque el SEÑOR había dicho de ellos: "Ciertamente morirán en el desierto." Y no quedó ninguno de ellos, sino Caleb, hijo de Jefone, y Josué, hijo de Nun.
(Numbers 26:65)
Entonces las hijas de Zelofehad, hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, de las familias de Manasés, hijo de José, se acercaron; y estos eran los nombres de sus hijas: Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa.
(Numbers 27:1)
Y se presentaron delante de Moisés, delante del sacerdote Eleazar, delante de los jefes y de toda la congregación, a la entrada de la tienda de reunión y dijeron:
Nuestro padre murió en el desierto, aunque no estuvo entre el grupo de los que se juntaron contra el SEÑOR, en el grupo de Coré, sino que murió por su pecado, y no tuvo hijos.
(Numbers 27:3)
¿Por qué ha de desaparecer el nombre de nuestro padre de entre su familia sólo porque no tuvo hijo? Dennos herencia entre los hermanos de nuestro padre."
(Numbers 27:4)
Y Moisés presentó su caso ante el SEÑOR.
(Numbers 27:5)
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Al día siguiente Moisés se sentó a juzgar al pueblo. El pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta el atardecer.
(Exodus 18:13)
Ahora, escúchame. Yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el representante del pueblo delante de Dios, y somete los asuntos a Dios.
(Exodus 18:19)
Los que lo encontraron recogiendo leña, lo llevaron a Moisés y a Aarón y a toda la congregación;
(Numbers 15:33)
Si un caso te es muy difícil de juzgar, como entre una clase de homicidio y otra, entre una clase de pleito y otra, o entre una clase de asalto y otra, siendo casos de litigio en tus puertas, te levantarás y subirás al lugar que el SEÑOR tu Dios escoja.
(Deuteronomy 17:8)