Nueva Biblia Latinoamericana
entonces el sacerdote mandará tomar dos avecillas vivas y limpias, madera de cedro, un cordón escarlata e hisopo para el que ha de ser purificado. (Leviticus 14:4)
Después el sacerdote mandará degollar una de las avecillas en una vasija de barro sobre agua corriente. (Leviticus 14:5)
En cuanto a la avecilla viva, la tomará junto con la madera de cedro, el cordón escarlata y el hisopo, y los mojará junto con la avecilla viva en la sangre del ave muerta sobre el agua corriente. (Leviticus 14:6)
Después rociará siete veces al que ha de ser purificado de la lepra, lo declarará limpio, y soltará al ave viva en campo abierto.
El que ha de ser purificado lavará su ropa, se rasurará todo el cabello, se bañará en agua y quedará limpio. Después podrá entrar al campamento, pero por siete días permanecerá fuera de su tienda. (Leviticus 14:8)
Al séptimo día se rasurará todo el cabello: se rasurará la cabeza, la barba y las cejas; todo su cabello. Entonces lavará su ropa y se lavará el cuerpo en agua, y quedará limpio. (Leviticus 14:9)
En el octavo día tomará dos corderos sin defecto, una cordera de un año sin defecto, 7.3 litros (tres décimas de un efa) de flor de harina mezclada con aceite como ofrenda de cereal y un tercio de litro de aceite; (Leviticus 14:10)

Other publications related to "Leviticus 14:7":

Dr. Roberto Miranda
God wants a people to rise up who have nothing to lose
Dr. Roberto Miranda discusses how God wants a people to rise up who have nothing to lose, and how the story of the lepers in 2 Kings 7 symbolizes the poor and abandoned segment of society that God wants to use for His purposes.


Dr. Roberto Miranda
Leave the camp and bear the reproach of Christ
The article discusses the comparison between the altar of Christ and the altar of the tabernacle in the Old Testament. It emphasizes the significance of the sacrifice of Christ and encourages believers to live a worthy life outside the camp, bearing the reproach of Christ.


Leviticus 14:7 - Cross Reference

Tomará además de la sangre del novillo y la rociará con su dedo en el lado oriental del propiciatorio; también delante del propiciatorio rociará de la sangre siete veces con su dedo. (Leviticus 16:14)
Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. (Psalm 51:7)
Lávame por completo de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. (Psalm 51:2)
Entonces los rociaré con agua limpia y quedarán limpios; de todas sus inmundicias y de todos sus ídolos los limpiaré. (Ezekiel 36:25)
El macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a una tierra solitaria; y el hombre soltará el macho cabrío en el desierto. (Leviticus 16:22)
Y Eliseo le envió un mensajero, diciendo: "Ve y lávate en el Jordán siete veces, y tu carne se te restaurará y quedarás limpio." (2 Kings 5:10)
pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. (John 19:34)
Porque cuando Moisés terminó de promulgar todos los mandamientos a todo el pueblo, conforme a la Ley, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua y lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo, (Hebrews 9:19)
Y con su dedo rociará sobre él de la sangre siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las impurezas de los Israelitas. (Leviticus 16:19)
Porque si la sangre de los machos cabríos y de los toros, y la ceniza de la novilla, rociadas sobre los que se han contaminado, santifican para la purificación de la carne, (Hebrews 9:13)
Este es Aquél que vino mediante agua y sangre, Jesucristo; no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad. (1 John 5:6)
el sacerdote mojará su dedo en la sangre y la rociará siete veces delante del SEÑOR, frente al velo. (Leviticus 4:17)
y el sacerdote mojará su dedo en la sangre y rociará siete veces de la sangre delante del SEÑOR, frente al velo del santuario. (Leviticus 4:6)
Volverá a compadecerse de nosotros, Eliminará (Pisoteará) nuestras iniquidades. Sí, arrojarás a las profundidades del mar Todos nuestros pecados. (Micah 7:19)
Con el aceite roció el altar siete veces y ungió el altar y todos sus utensilios, así como la pila y su base, para consagrarlos. (Leviticus 8:11)
y a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la sangre de Abel. (Hebrews 12:24)
Y una persona limpia tomará hisopo y lo mojará en el agua, y lo rociará sobre la tienda y sobre todos los muebles, y sobre las personas que estuvieron allí y sobre aquél que tocó el hueso, o al muerto, o al que moría por causas naturales, o la tumba. (Numbers 19:18)
Setenta semanas han sido decretadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para poner fin a la transgresión, para terminar con el pecado, para expiar la iniquidad, para traer justicia eterna, para sellar la visión y la profecía, y para ungir el lugar santísimo. (Daniel 9:24)
De otra manera, a Cristo le hubiera sido necesario sufrir muchas veces desde la fundación del mundo; pero ahora, una sola vez en la consumación de los siglos, se ha manifestado para destruir el pecado por el sacrificio de sí mismo. (Hebrews 9:26)
Entonces él bajó y se sumergió siete veces en el Jordán conforme a la palabra del hombre de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio. (2 Kings 5:14)
según el previo conocimiento de Dios Padre, por la obra santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con Su sangre: Que la gracia y la paz les sean multiplicadas a ustedes. (1 Peter 1:2)
Ciertamente El asombrará a muchas naciones, Los reyes cerrarán la boca ante El. Porque lo que no les habían contado verán, Y lo que no habían oído entenderán. (Isaiah 52:15)
Después tomará la madera de cedro, el hisopo y el cordón escarlata, junto con la avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en el agua corriente, y rociará la casa siete veces. (Leviticus 14:51)
y el sacerdote lo mirará, y si ve que la infección se ha vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que tenía la infección; limpio es. (Leviticus 13:17)
De la misma manera roció con sangre el tabernáculo y todos los utensilios del ministerio. (Hebrews 9:21)
para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, (Ephesians 5:26)
entonces el sacerdote mirará, y si ve que la lepra ha cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al que tenía la infección; se ha vuelto toda blanca y él es limpio. (Leviticus 13:13)
acerquémonos con corazón sincero (verdadero), en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura. (Hebrews 10:22)