Así que cuando haya cumplido esto y les haya entregado esta ofrenda, iré a España llegando de paso a ver los.
(Romans 15:28)
Y sé que cuando vaya a ustedes, iré en la plenitud de la bendición de Cristo.
(Romans 15:29)
Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se esfuercen juntamente conmigo en sus oraciones a Dios por mí,
(Romans 15:30)
para que sea librado de los que son desobedientes (incrédulos) en Judea, y que mi servicio a Jerusalén sea aceptable a los santos,
y para que con gozo llegue a ustedes por la voluntad de Dios, y encuentre confortante reposo con ustedes.
(Romans 15:32)
El Dios de paz sea con todos ustedes. Amén.
(Romans 15:33)
Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia en Cencrea,
(Romans 16:1)
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suplicándonos con muchos ruegos el privilegio de participar en el sostenimiento (servicio) de los santos.
(2 Corinthians 8:4)
Pero el Señor estuvo conmigo y me fortaleció, a fin de que por mí se cumpliera cabalmente la proclamación del mensaje y que todos los Gentiles oyeran. Y fui librado de la boca del león.
(2 Timothy 4:17)
Y los principales sacerdotes y los Judíos más influyentes le presentaron acusaciones contra Pablo, e insistían con Festo,
(Acts 25:2)
Y Festo dijo: "Rey Agripa y todos los demás aquí presentes con nosotros; éste es el hombre acerca del cual los Judíos, tanto en Jerusalén como aquí, me hicieron una petición declarando a gritos que no debe vivir más.
(Acts 25:24)
Oren también para que seamos librados de hombres perversos y malos, porque no todos tienen fe.
(2 Thessalonians 3:2)
Cuando se hizo de día, los Judíos tramaron una conspiración y se comprometieron bajo juramento, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubieran matado a Pablo.
(Acts 23:12)
el comandante ordenó que llevaran a Pablo al cuartel, diciendo que debía ser sometido a azotes para saber la razón por qué la gente gritaban contra él de aquella manera.
(Acts 22:24)
Pero ahora voy a Jerusalén para el servicio de los santos,
(Romans 15:25)
mis persecuciones, sufrimientos, como los que me acaecieron en Antioquía, en Iconio y en Listra. ¡Qué persecuciones sufrí! Y de todas ellas me libró el Señor.
(2 Timothy 3:11)
Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con regocijo.
(Acts 21:17)
Porque en cuanto a este servicio a los santos, es por demás que yo les escriba.
(2 Corinthians 9:1)
Estos mataron tanto al Señor Jesús como a los profetas, y a nosotros nos expulsaron, y no agradan a Dios sino que son contrarios a todos los hombres,
(1 Thessalonians 2:15)
Cinco días más tarde el sumo sacerdote Ananías descendió a Cesarea con algunos ancianos y con un abogado llamado Tértulo; y presentaron al gobernador sus cargos contra Pablo.
(Acts 24:1)