Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno. Porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no.
(Romans 7:18)
Pues no hago el bien que deseo, sino el mal que no quiero, eso practico.
(Romans 7:19)
Y si lo que no quiero hacer, eso hago, ya no soy yo el que lo hace, sino el pecado que habita en mí.
(Romans 7:20)
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo la ley de que el mal está presente en mí.
Porque en el hombre interior me deleito con la Ley de Dios,
(Romans 7:22)
pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.
(Romans 7:23)
¡Miserable de mí! ¿Quién me libertará de este cuerpo de muerte?
(Romans 7:24)
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pero veo otra ley en los miembros de mi cuerpo que hace guerra contra la ley de mi mente, y me hace prisionero de la ley del pecado que está en mis miembros.
(Romans 7:23)
Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado.
(Romans 7:25)
Jesús les respondió: "En verdad les digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado;
(John 8:34)
Por tanto, tenía que ser hecho semejante a Sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.
(Hebrews 2:17)
¿Quién puede discernir sus propios errores? Absuélveme de los que me son ocultos.
(Psalm 19:12)
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús te ha libertado de la ley del pecado y de la muerte.
(Romans 8:2)
Porque me rodean males sin número; Mis iniquidades me han alcanzado, y no puedo ver; Son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, Y el corazón me falla.
(Psalm 40:12)
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto
(Luke 4:1)
Pues una gran multitud del pueblo, es decir, muchos de Efraín y de Manasés, de Isacar y de Zabulón, no se habían purificado; no obstante, comieron la Pascua contrario a lo escrito. Porque Ezequías oró por ellos, diciendo: "Que el buen SEÑOR perdone
(2 Chronicles 30:18)
Entonces me mostró al sumo sacerdote Josué, que estaba delante del ángel del SEÑOR; y Satanás (el adversario) estaba a su derecha para acusarlo.
(Zechariah 3:1)
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado.
(Hebrews 4:15)
Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la ley sino bajo la gracia.
(Romans 6:14)
Las iniquidades prevalecen contra mí, Pero nuestras transgresiones Tú las perdonas.
(Psalm 65:3)
Aparta mis ojos de mirar la vanidad, Y vivifícame en Tus caminos.
(Psalm 119:37)
Les prometen libertad, mientras que ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues uno es esclavo de aquello que lo ha vencido.
(2 Peter 2:19)
Afirma mis pasos en Tu palabra, Y que ninguna iniquidad me domine.
(Psalm 119:133)
Por tanto, no reine el pecado en su cuerpo mortal para que ustedes no obedezcan a sus lujurias;
(Romans 6:12)
Entonces dije: "¡Ay de mí! Porque perdido estoy, Pues soy hombre de labios inmundos Y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, Porque mis ojos han visto al Rey, el SEÑOR de los ejércitos."
(Isaiah 6:5)
Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo.
(Ephesians 6:11)