Nueva Biblia Latinoamericana
Cuando ella y su familia se bautizaron, nos rogó: "Si juzgan que soy fiel al Señor, vengan a mi casa y quédense en ella." Y nos persuadió a ir. (Acts 16:15)
Mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando. (Acts 16:16)
Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba: "Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes les proclaman el camino de salvación." (Acts 16:17)
Esto lo hacía por muchos días; pero desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: "¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella!" Y el espíritu salió en aquel mismo momento.
Pero cuando sus amos vieron que se les había ido la esperanza de ganancia para ellos, prendieron a Pablo y a Silas, y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades. (Acts 16:19)
Después de haberlos presentado a los magistrados superiores, dijeron: "Estos hombres, siendo Judíos, alborotan nuestra ciudad, (Acts 16:20)
y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar, puesto que somos Romanos." (Acts 16:21)

Other publications related to "Acts 16:18":

Dr. Roberto Miranda
We have to get out of our comfort zone
A discussion about the importance of stepping out of our comfort zone and being persistent in prayer, using examples of the Cyrophoenician woman and the woman with the issue of blood. Emphasis is placed on the power of faith, the importance of women in the history of faith, and using the Word of God as a tool in prayer.


Dr. Roberto Miranda
Fighting for the land beyond your own backyard
The article discusses the need for spiritual warfare and deliverance in the church, inspired by a passage in Luke 13:10-17 where Jesus heals a woman with a spirit of infirmity. The author encourages believers to adopt a warrior spirit and confront the powers of darkness to free people from their burdens.


Acts 16:18 - Cross Reference

El sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba en las afueras de la ciudad, trajo toros y guirnaldas a las puertas, y quería ofrecer sacrificios junto con la multitud. (Acts 14:13)
Cuando Jesús vio que la gente corría a reunirse, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, Yo te ordeno: sal de él y no vuelvas a entrar en él." (Mark 9:25)
de tal manera que incluso llevaban pañuelos o delantales de su cuerpo a los enfermos, y las enfermedades los dejaban y los malos espíritus se iban de ellos. (Acts 19:12)
Y Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama." Y al instante se levantó. (Acts 9:34)
Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y expulsó muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque ellos sabían quién era El. (Mark 1:34)
Los setenta regresaron con gozo, diciendo: "Señor, hasta los demonios se nos sujetan en Tu nombre." (Luke 10:17)
Jesús lo reprendió, diciendo: "¡Cállate, y sal de él!" (Mark 1:25)
Pero Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy: en el nombre de Jesucristo el Nazareno, ¡anda!" (Acts 3:6)
Y habiendo despojado a (habiéndose desecho de) los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de El. (Colossians 2:15)
Reuniendo Jesús a los doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios y para sanar enfermedades. (Luke 9:1)
Y estas señales acompañarán a los que han creído: en Mi nombre echarán fuera demonios, hablarán en nuevas lenguas; (Mark 16:17)