Por eso procuraban otra vez prender a Jesús, pero El se les escapó de entre las manos.
(John 10:39)
Se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan, y se quedó allí.
(John 10:40)
Muchos vinieron a El y decían: "Aunque Juan no hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de Este era verdad."
(John 10:41)
Y muchos creyeron allí en Jesús.
Estaba enfermo cierto hombre llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de su hermana Marta.
(John 11:1)
María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume y Le secó los pies con sus cabellos.
(John 11:2)
Las hermanas entonces mandaron a decir a Jesús: "Señor, el que Tú amas está enfermo."
(John 11:3)
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Muchos más creyeron por Su palabra,
(John 4:41)
Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes, creyeron en El, pero por causa de los Fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
(John 12:42)
Al hablar estas cosas, muchos creyeron en El.
(John 8:30)
Pero muchos de la multitud creyeron en El, y decían: "Cuando el Cristo venga, ¿acaso hará más señales (milagros) que las que Este ha hecho?"
(John 7:31)
Por esto muchos de los Judíos que habían venido a ver a María, y vieron lo que Jesús había hecho, creyeron en El.
(John 11:45)
Y de aquella ciudad, muchos de los Samaritanos creyeron en El por la palabra de la mujer que daba testimonio, diciendo: "El me dijo todo lo que yo he hecho."
(John 4:39)
Cuando Jesús estaba en Jerusalén durante la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en Su nombre al ver las señales que hacía.
(John 2:23)