Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios Le dará el trono de Su padre David;
(Luke 1:32)y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y Su reino no tendrá fin."
(Luke 1:33)Entonces María dijo al ángel: "¿Cómo será esto, puesto que soy virgen?"
(Luke 1:34)El ángel le respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios.
Tu parienta Elisabet en su vejez también ha concebido un hijo; y éste es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril.
(Luke 1:36)Porque ninguna cosa será imposible para Dios."
(Luke 1:37)Entonces María dijo: "Aquí tienes a la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra." Y el ángel se fue de su presencia.
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Yo nací en iniquidad, Y en pecado me concibió mi madre.
(Psalm 51:5)Pero Jesús se quedó callado. Y el sumo sacerdote Le dijo: "Te ordeno por el Dios viviente que nos digas si Tú eres el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios."
(Matthew 26:63)Entre ellos también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente (de los pensamientos), y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
(Ephesians 2:3)y que fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por (como resultado de) la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo.
(Romans 1:4)Ciertamente anunciaré el decreto del SEÑOR Que me dijo: 'Mi Hijo eres Tú, Yo Te he engendrado hoy.
(Psalm 2:7)Porque convenía que tuviéramos tal Sumo Sacerdote: santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores, y exaltado más allá de los cielos,
(Hebrews 7:26)El centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús, cuando vieron el terremoto y las cosas que sucedían, se asustaron mucho, y dijeron: "En verdad éste era Hijo de Dios."
(Matthew 27:54)Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel," respondió Natanael.
(John 1:49)Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo: "Ahí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?"
(Acts 8:36)Y yo Lo he visto y he dado testimonio de que Este es el Hijo de Dios."
(John 1:34)¿Cómo puede un hombre, pues, ser justo con Dios? ¿O cómo puede ser limpio el que nace de mujer?
(Job 25:4)Pero mientras pensaba en esto, se le apareció en sueños un ángel del Señor, diciéndole: "José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo.
(Matthew 1:20)Y acercándose el tentador, Le dijo: "Si eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en pan."
(Matthew 4:3)pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios; y para que al creer, tengan vida en Su nombre.
(John 20:31)a una virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era María.
(Luke 1:27)Concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo, y Le pondrás por nombre Jesús (el Señor salva).
(Luke 1:31)¡cuánto menos el hombre, un ser abominable y corrompido, Que bebe la iniquidad como agua!
(Job 15:16)Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros , pero sin pecado.
(Hebrews 4:15)Entonces los que estaban en la barca Lo adoraron, diciendo: "En verdad eres Hijo de Dios."
(Matthew 14:33)El nacimiento de Jesucristo fue como sigue: estando Su madre María comprometida para casarse con José, antes de que se llevara a cabo el matrimonio, se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo.
(Matthew 1:18)¿Quién hará algo limpio de lo inmundo? ¡Nadie!
(Job 14:4)¿Qué tienes que ver con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quien Tú eres: el Santo de Dios."
(Mark 1:24)Principio del evangelio (de las buenas nuevas) de Jesucristo (Jesús) el Mesías, Hijo de Dios.
(Mark 1:1)Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por la fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
(Galatians 2:20)