Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar Su vida en rescate por muchos." (Mark 10:45)

Entonces llegaron a Jericó. Y cuando El salía de Jericó con Sus discípulos y una gran multitud, un mendigo ciego llamado Bartimeo, el hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino. (Mark 10:46)

Cuando oyó que era Jesús el Nazareno, comenzó a gritar y a decir: "¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!" (Mark 10:47)

Y muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: "¡Hijo de David, ten misericordia de mí!"

Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo." Y llamaron al ciego, diciéndole: "¡Anímate! Levántate, que te llama." (Mark 10:49)

Arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús. (Mark 10:50)

Y dirigiéndose a él, Jesús le preguntó: "¿Qué deseas que haga por ti?" Y el ciego Le respondió: "Raboní (Mi Maestro), que recobre la vista." (Mark 10:51)

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Mark 10:48 - Cross Reference

Jacob se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta rayar el alba. (Genesis 32:24)

Y Tuya es, oh Señor, la misericordia, Pues Tú pagas al hombre conforme a sus obras. (Psalm 62:12)

Me buscarán y Me encontrarán, cuando Me busquen de todo corazón. (Jeremiah 29:13)

Mientras El estaba todavía hablando, vinieron unos enviados de la casa del oficial de la sinagoga, diciendo: "Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?" (Mark 5:35)

La mujer era Gentil, Sirofenicia de nacimiento; y Le rogaba que echara al demonio fuera de su hija. (Mark 7:26)

Con toda oración y súplica oren en todo tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos los santos. (Ephesians 6:18)

La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún: "¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!" (Matthew 20:31)

Entonces trajeron algunos niños a Jesús para que pusiera las manos sobre ellos y orara; y los discípulos los reprendieron. (Matthew 19:13)

Jesús les contó una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer: (Luke 18:1)

También les dijo: "Supongamos que uno de ustedes tiene un amigo, y va a él a medianoche y le dice: 'Amigo, préstame tres panes, (Luke 11:5)

Pero El no le contestó nada. Y acercándose Sus discípulos, Le rogaban: "Atiéndela, pues viene gritando tras nosotros." (Matthew 15:23)

Cristo, en los días de Su carne, habiendo ofrecido oraciones y súplicas con gran clamor y lágrimas al que Lo podía librar de la muerte, fue oído a causa de Su temor reverente. (Hebrews 5:7)

Y los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba mucho más: "¡Hijo de David, ten misericordia de mí!" (Luke 18:39)