Ahora viene el fin sobre ti y enviaré Mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones.
(Ezekiel 7:3)Mi ojo no tendrá piedad de ti ni Yo te perdonaré; sino que te pagaré conforme a tus caminos, y tus abominaciones en medio de ti quedarán; y sabrán que Yo soy el SEÑOR."'
(Ezekiel 7:4)Así dice el Señor DIOS: '¡Un desastre! ¡Viene un desastre sin igual!
(Ezekiel 7:5)El fin viene, viene el fin; se ha despertado contra ti; ya ha venido.
Te ha llegado tu turno (tu sentencia), oh habitante de la tierra. Ha llegado el tiempo, se acerca el día; pánico, y no júbilo, en los montes.
(Ezekiel 7:7)Ahora pronto derramaré Mi furor sobre ti y descargaré Mi ira contra ti. Te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones.
(Ezekiel 7:8)Mi ojo no tendrá piedad ni Yo perdonaré. Te pagaré conforme a tus caminos, y tus abominaciones quedarán en medio de ti; y sabrán que soy Yo, el SEÑOR, el que hiere.
(Ezekiel 7:9)Other publications related to "Ezekiel 7:6":
Ezekiel 7:6 - Cross Reference
Pues Yo velo sobre ellos para mal y no para bien, y serán acabados todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto por la espada y por el hambre hasta que sean totalmente exterminados.
(Jeremiah 44:27)Despierta, espada, contra Mi pastor, Y contra el hombre compañero Mío," Declara el SEÑOR de los ejércitos. "Hiere al Pastor y se dispersarán las ovejas, Y volveré Mi mano contra los pequeños.
(Zechariah 13:7)Llega el día; ya viene. Ha salido tu turno, ha florecido la vara, ha reverdecido la arrogancia.
(Ezekiel 7:10)Ciertamente viene y se cumplirá," declara el Señor DIOS. "Este es el día del cual he hablado.
(Ezekiel 39:8)Ahora viene el fin sobre ti y enviaré Mi ira contra ti; te juzgaré conforme a tus caminos y traeré sobre ti todas tus abominaciones.
(Ezekiel 7:3)Y tú, infame y malvado príncipe de Israel, cuyo día ha llegado, la hora del castigo final,'
(Ezekiel 21:25)Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador (heraldo) de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos.
(2 Peter 2:5)