Nueva Biblia Latinoamericana
Con peligro de nuestras vidas conseguimos nuestro pan, Enfrentándonos a la espada en el desierto. (Lamentations 5:9)
Nuestra piel quema como un horno, A causa de los ardores del hambre. (Lamentations 5:10)
Violaron a las mujeres en Sion, A las vírgenes en las ciudades de Judá. (Lamentations 5:11)
Los príncipes fueron colgados de sus manos, Los rostros de los ancianos no fueron respetados.
Los jóvenes trabajaron en el molino, Y los muchachos cayeron bajo el peso de la leña. (Lamentations 5:13)
Los ancianos han dejado de estar a las puertas de la ciudad, Los jóvenes de su música. (Lamentations 5:14)
Ha cesado el gozo de nuestro corazón, Se ha convertido en duelo nuestra danza. (Lamentations 5:15)

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Lamentations 5:12 - Cross Reference

Entonces el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos en Ribla; también el rey de Babilonia degolló a todos los nobles de Judá. (Jeremiah 39:6)
La presencia del SEÑOR los dispersó, No volverá a mirarlos. Ellos no honraron a los sacerdotes, Ni tuvieron piedad de los ancianos. (Lamentations 4:16)
Mira, oh SEÑOR, y observa: ¿A quién has tratado así? ¿Habían de comerse las mujeres el fruto de sus entrañas , A los pequeños criados con cariño? ¿Habían de ser muertos en el santuario del Señor El sacerdote y el profeta? (Lamentations 2:20)
El rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos y también degolló a todos los príncipes de Judá en Ribla. (Jeremiah 52:10)
Están sentados en tierra, en silencio, Los ancianos de la hija de Sion. Han echado polvo sobre sus cabezas, Se han ceñido de cilicio. Han inclinado a tierra sus cabezas Las vírgenes de Jerusalén. (Lamentations 2:10)
Estaba enojado contra Mi pueblo, Profané Mi heredad Y en tu mano los entregué. No les mostraste compasión, Sobre el anciano hiciste muy pesado tu yugo, (Isaiah 47:6)
También tomó de la ciudad a un oficial que estaba encargado de los hombres de guerra, a siete de los consejeros del rey que se hallaban en la ciudad, al escriba del comandante del ejército que reclutaba al pueblo de la tierra, y a sesenta hombres del pueblo que se hallaban dentro de la ciudad. (Jeremiah 52:25)