Y pereció toda carne que se mueve sobre la tierra: aves, ganados, bestias, y todo lo que se mueve sobre la tierra, y todo ser humano.
(Genesis 7:21)
Todo aquello en cuya nariz había aliento de espíritu de vida, todo lo que había sobre la tierra firme, murió.
(Genesis 7:22)
El SEÑOR exterminó, pues, todo ser viviente que había sobre la superficie de la tierra. Desde el hombre hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo, fueron exterminados de la tierra. Sólo quedó Noé y los que estaban con él en el arca.
(Genesis 7:23)
Las aguas prevalecieron sobre la tierra 150 días.
Entonces Dios se acordó de Noé y de todas las bestias y de todo el ganado que estaban con él en el arca. Y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y decrecieron las aguas.
(Genesis 8:1)
Las fuentes del abismo y las compuertas del cielo se cerraron, y se detuvo la lluvia del cielo.
(Genesis 8:2)
Las aguas bajaron (se retiraron) gradualmente de sobre la tierra, y después de 150 días, las aguas habían disminuido.
(Genesis 8:3)
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Las aguas bajaron (se retiraron) gradualmente de sobre la tierra, y después de 150 días, las aguas habían disminuido.
(Genesis 8:3)