Subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto. Eran muy numerosas. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después.
(Exodus 10:14)
Porque cubrieron la superficie de toda la tierra, y la tierra se oscureció. Se comieron toda planta de la tierra y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado. Así que nada verde quedó en árbol o planta del campo por toda la tierra de Egipto.
(Exodus 10:15)
Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón, y dijo: "He pecado contra el SEÑOR su Dios y contra ustedes.
(Exodus 10:16)
Ahora pues, les ruego que perdonen mi pecado sólo esta vez, y que rueguen al SEÑOR su Dios, para que quite de mí esta muerte."
Moisés salió de la presencia de Faraón y oró al SEÑOR.
(Exodus 10:18)
Y el SEÑOR cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al Mar Rojo. Ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto.
(Exodus 10:19)
Pero el SEÑOR endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los Israelitas.
(Exodus 10:20)
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Exodus 10:17 - Cross Reference
Oh SEÑOR, en la angustia Te buscaron. Apenas susurraban una oración, Cuando Tu castigo estaba sobre ellos.
(Isaiah 26:16)
Ahora pues, te ruego que perdones mi pecado y vuelvas conmigo para que adore al SEÑOR."
(1 Samuel 15:25)
Y lo sirvieron para que los hombres comieran. Y sucedió que cuando comían el potaje, clamaron y dijeron: "¡Oh hombre de Dios, hay muerte en la olla!" Y no pudieron comer.
(2 Kings 4:40)
Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se esfuercen juntamente conmigo en sus oraciones a Dios por mí,
(Romans 15:30)
el cual nos libró de tan gran peligro de muerte y nos librará, y en quien hemos puesto nuestra esperanza de que El aún nos ha de librar.
(2 Corinthians 1:10)
Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y dijo: "Rueguen al SEÑOR para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré ir al pueblo para que ofrezca sacrificios al SEÑOR."
(Exodus 8:8)
El rey respondió al hombre de Dios: "Te ruego que supliques al SEÑOR tu Dios, y ores por mí, para que mi mano me sea restaurada." El hombre de Dios suplicó al SEÑOR y la mano del rey le fue restaurada, y quedó como antes.
(1 Kings 13:6)
Rueguen al SEÑOR, porque ha habido ya suficientes truenos y granizo de parte de Dios. Los dejaré ir y no se quedarán más aquí."
(Exodus 9:28)
Pero Simón respondió: "Rueguen ustedes al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que han dicho."
(Acts 8:24)