Para el director del coro, para Jedutún. Salmo de David. Yo dije: "Guardaré mis caminos Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca como con mordaza Mientras el impío esté en mi presencia."
(Psalm 39:1)
Enmudecí y callé; Guardé silencio aun acerca de lo bueno, Y se agravó mi dolor.
(Psalm 39:2)
Ardía mi corazón dentro de mí; Mientras meditaba, se encendió el fuego; Entonces dije con mi lengua:
(Psalm 39:3)
SEÑOR, hazme saber mi fin, Y cuál es la medida de mis días, Para que yo sepa cuán efímero soy.
Tú has hecho mis días muy breves, Y mi existencia es como nada delante de Ti; Ciertamente todo hombre, aun en la plenitud de su vigor, es sólo un soplo. (Selah)
(Psalm 39:5)
Sí, como una sombra anda el hombre; Ciertamente en vano se afana; Acumula riquezas, y no sabe quién las recogerá.
(Psalm 39:6)
Y ahora, Señor, ¿qué espero? En Ti está mi esperanza.
(Psalm 39:7)
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Porque El sabe de qué estamos hechos, Se acuerda de que sólo somos polvo.
(Psalm 103:14)
Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
(Psalm 90:12)
¿Cuántos son los días de Tu siervo? ¿Cuándo harás juicio contra mis perseguidores?
(Psalm 119:84)
¡Oh, si me escondieras en el Seol (región de los muertos), Si me ocultaras hasta que Tu ira se pasara, Si me pusieras un plazo y de mí te acordaras!
(Job 14:13)