Entonces Bildad, el Suhita respondió:
(Job 25:1)
Dominio y pavor pertenecen Al que establece la paz en Sus alturas.
(Job 25:2)
¿Tienen número Sus ejércitos? ¿Y sobre quién no se levanta Su luz?
(Job 25:3)
¿Cómo puede un hombre, pues, ser justo con Dios? ¿O cómo puede ser limpio el que nace de mujer?
Si aun la luna no tiene brillo Y las estrellas no son puras a Sus ojos,
(Job 25:5)
¡cuánto menos el hombre, esa larva, Y el hijo del hombre, ese gusano!"
(Job 25:6)
Entonces respondió Job:
(Job 26:1)
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Job 25:4 - Cross Reference
Sobre él ciertamente abres Tus ojos, Y lo traes a juicio contigo.
(Job 14:3)
Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que están bajo la Ley, para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante Dios.
(Romans 3:19)
En verdad yo sé que es así, Pero ¿cómo puede un hombre ser justo delante de Dios?
(Job 9:2)
Y no entres en juicio con Tu siervo, Porque no es justo delante de Ti ningún ser humano.
(Psalm 143:2)
SEÑOR, si Tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿Quién, oh Señor, podría permanecer?
(Psalm 130:3)
Y esto eran algunos de ustedes; pero fueron lavados, pero fueron santificados, pero fueron justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
(1 Corinthians 6:11)
Entre ellos también todos nosotros en otro tiempo vivíamos en las pasiones de nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente (de los pensamientos), y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
(Ephesians 2:3)
¿Es el mortal justo delante de Dios? ¿Es el hombre puro delante de su Hacedor?
(Job 4:17)
y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó de nuestros pecados con Su sangre,
(Revelation 1:5)
Yo nací en iniquidad, Y en pecado me concibió mi madre.
(Psalm 51:5)
¿Qué es el hombre para que sea puro, O el nacido de mujer para que sea justo?
(Job 15:14)
En aquel día habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para lavar el pecado y la impureza.
(Zechariah 13:1)
Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad (iniquidad).
(1 John 1:9)
Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
(Romans 5:1)