Nueva Biblia Latinoamericana
Y cuando llegamos a la posada, abrimos nuestros costales, y el dinero de cada uno estaba en la boca de su costal, todo nuestro dinero. Así que lo hemos vuelto a traer en nuestra mano. (Genesis 43:21)
También hemos traído otro dinero en nuestra mano para comprar alimentos. No sabemos quién puso nuestro dinero en nuestros costales." (Genesis 43:22)
Y el mayordomo les dijo: "No se preocupen, no teman. El Dios de ustedes y el Dios de su padre les ha dado ese tesoro en sus costales. Yo haré constar que recibí el dinero de ustedes." Entonces les sacó a Simeón. (Genesis 43:23)
Después el hombre llevó a los hombres a casa de José, y les dio agua y se lavaron los pies. También dio forraje a sus asnos.
Entonces prepararon el presente para la venida de José al mediodía, pues habían oído que iban a comer allí. (Genesis 43:25)
Cuando José regresó a su casa, ellos le trajeron a la casa el presente que traían en su mano y se postraron ante él en tierra. (Genesis 43:26)
Entonces él les preguntó cómo se encontraban, y añadió: "¿Cómo está su anciano padre de quien me hablaron? ¿Vive todavía?" (Genesis 43:27)

Other publications related to "Genesis 43:24":

Dr. Roberto Miranda
Where is your treasure? Where is your heart?
The article discusses the importance of focusing on eternal things and trusting in God in times of financial crisis. It references biblical stories and emphasizes the benefits of prayer and the ultimate victory in Christ.


Patricia Sobalvarro
Give without fear
This article discusses the importance of giving tithes and offerings to God and being a good steward of our finances. The author emphasizes the need for a personal relationship with God and shares a story from Exodus as an example of generosity.


Genesis 43:24 - Cross Reference

Y volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón: "¿Ves esta mujer? Yo entré a tu casa y no Me diste agua para Mis pies, pero ella ha regado Mis pies con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. (Luke 7:44)
Que se traiga ahora un poco de agua y lávense ustedes los pies, y reposen bajo el árbol. (Genesis 18:4)
se levantó de la cena y se quitó el manto, y tomando una toalla, se la ciñó. (John 13:4)
y les dijo: "Señores míos, les ruego que entren en la casa de su siervo y pasen en ella la noche y laven sus pies. Entonces se levantarán temprano y continuarán su camino." "No," dijeron ellos, "sino que pasaremos la noche en la plaza." (Genesis 19:2)
Entonces el hombre entró en la casa, y Labán descargó los camellos y les dio paja y forraje, y trajo agua para que se lavaran los pies, él y los hombres que estaban con él. (Genesis 24:32)