Los sacerdotes los mataron y purificaron el altar con su sangre como expiación por todo Israel, porque el rey había ordenado el holocausto y la ofrenda por el pecado por todo Israel.
(2 Chronicles 29:24)Luego Ezequías situó a los Levitas en la casa del SEÑOR con címbalos, con arpas y con liras, conforme al mandamiento de David y de Gad, el vidente del rey, y del profeta Natán. Porque el mandamiento procedía del SEÑOR por medio de Sus profetas.
(2 Chronicles 29:25)Los Levitas se colocaron con los instrumentos musicales de David, y los sacerdotes con las trompetas.
(2 Chronicles 29:26)Entonces Ezequías mandó ofrecer el holocausto sobre el altar. Cuando el holocausto comenzó, también comenzó el canto al SEÑOR con las trompetas, acompañado por los instrumentos de David, rey de Israel.
Mientras toda la asamblea adoraba, también los cantores cantaban y las trompetas sonaban; todo esto continuó hasta que se consumió el holocausto.
(2 Chronicles 29:28)Después de consumido el holocausto, el rey y todos los que estaban con él se inclinaron y adoraron.
(2 Chronicles 29:29)El rey Ezequías y los oficiales ordenaron a los Levitas que cantaran alabanzas al SEÑOR con las palabras de David y del vidente Asaf. Cantaron alabanzas con alegría, y se inclinaron y adoraron.
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2 Chronicles 29:27 - Cross Reference
Den gracias al SEÑOR porque El es bueno, Porque para siempre es Su misericordia.
(Psalm 136:1)Después de consultar con el pueblo, designó a algunos que cantaran al SEÑOR y a algunos que le alabaran en vestiduras santas, conforme salían delante del ejército y que dijeran: "Den gracias al SEÑOR, porque para siempre es Su misericordia."
(2 Chronicles 20:21)Además Joiada puso los oficios de la casa del SEÑOR bajo la autoridad de los sacerdotes Levitas, a quienes David había designado sobre la casa del SEÑOR para ofrecer los holocaustos del SEÑOR, como está escrito en la ley de Moisés, con alegría y con cánticos conforme a la disposición de David.
(2 Chronicles 23:18)Pues allí los que nos habían llevado cautivos nos pedían canciones, Y los que nos atormentaban nos pedían alegría, diciendo: "Cántennos alguno de los cánticos de Sion."
(Psalm 137:3)Y todos los Israelitas, viendo descender el fuego y la gloria del SEÑOR sobre la casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento y adoraron y alabaron al SEÑOR, diciendo: "Ciertamente El es bueno; ciertamente Su misericordia es para siempre."
(2 Chronicles 7:3)